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BIENES QUE REPORTA LA TENTACION Dios que es nuestro Padre, saca bienes de los mismos males. Y permite las tentaciones porque nos pueden ser provechosas espiritual– mente. De esto no se sigue que debamos buscar nosotros los peligros, sino que cuando se nos presenten, si los superamos, nos reportan ven– tajas de orden sobrenatural. Venciendo las tentaciones, demostramos que amamos a Dios por en– cima de todo; que preferimos sufrir y privarnos de mil placeres an– tes que ofender al Señor. También resultan un provechoso ejercicio que fortifica nuestras vir– tudes, especialmente la humildad, porque vemos que solos no pode– mos nada y necesitamos de la ayuda del Omnipotente. Acudiremos más frecuentemente a la oración y a los sacramentos,. y nuestra vida espiritual se hará más intensa y fervorosa. LECTURA CRISTO TAMBIEN FUE TENTADO «Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, e impulsado por el Espíritu,. se fue al desierto donde permaneció cuarenta días, siendo tentado por el diablo.. No comió nada durante estos días, y al final sintió hambre. El diablo le habló así:: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan. Pero Jesús le re-• plicó: Está escrito: No sólo de pan vive el hombre. E impulsado hacia un lugar– elevado, en un instante le mostró los reinos de la tierra. Mientras tanto, le decía el diablo: Te daré todo este poderío con toda su magnificencia, puesto que a mí me ha sido entregado y lo doy a quien quiero; si tú te postras ante mí, todo será tuyo. Jesús le respondió: Escrito está: Adorarás al Señor, tu Dios, y sólo a Et darás culto. Lo llevó luego a Jerusalén, y lo puso sobre el pináculo del templo y le· dijo: Si eres Hijo de Dios, lánzate de aquí abajo; porque está escrito: Ordenará a, sus ángeles que te protejan; y te tomarán en sus manos para que no tropiece tu· pie en alguna piedra. Le contestó Jesús: La Escritura dice: No tentarás al Señor tu Dios. Y habiendo agotado todo medio de tentar, el diablo se alejó de El hasta, otra ocasión oportuna» (Le 4, 1-13). Ejercicios Prácticos l. Leandro sufre con insistencia tentaciones impuras. Le resultan tan violentas, que se aturde y confiesa que es imposible vencerlas, de– jándose arrastrar al pecado. Después reconoce que ha sido un co– barde. 71