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espiritual para el pecado venial, se emplean criterios demasiado ám– plios y se abandonan las prácticas religiosas o se hacen rutinaria– mente. El estado de tibieza predispone para el pecado mortal. Con el pecado venial nos hacemos, además, responsables de la pér– dida de numerosas gracias. Dios al ver nuestro poco interés, se abs– tiene de concedernos sus iluminaciones e impulsos para el bien. Por otra parte, vamos acumulando penas que hemos de pagar en esta vida o en el Purgatorio. Sepamos apreciar la fidelidad a Dios hasta en los menores deta– lles. Perdemos grandes gracias por pequeñas negligencias. DISTINCION DE LOS PECADOS Todo cuanto venimos diciendo del pecado mortal y venial, se refie– re a la distinción teológica. Significa que, con relación a la ofensa que se hace a Dios, los pecados pueden ser mortales y veniales. Otra distinción se toma desde el punto de vista del mandamiento o de la virtud que se quebranta: es la distinción es,pecífica. Son dos pecados distintos específicamente el faltar a misa un domingo (va contra el tercer mandamiento) y el desobedecer a los padres (va con– tra el cuarto mandamiento). Si uno ha hecho voto de oír misa un domingo, y falta después a esa misa, comete dos pecados específicamente distintos: contra el tercer mandamiento y contra el voto. La distinción numérica alude al número de pecados que se pueden cometer dentro de la misma especie. Se basa en la pluralidad de ac– tos o de objetos moralmente distintos. Cada domingo que falto a misa, cometo un pecado mortal. Si me entretengo en un mal pensamiento voluntariamente antes de ir a clase, y a la salida vuelvo a pensar voluntariamente en el mismo mal pensamiento, son dos pecados numéricamente dis– tintos. PECADOS CAPITALES Se llaman así ciertas inclinaciones a diversos pecados y que son como el origen de donde dimanan. En sí mismos no son propiamente pecados pero nos inclinan a él. Son siete: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. La Soberbia . es el amor desordenado de la propia excelencia. Es el sentimiento que se experimenta de querer ser más que los demás pe- 63