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do, las tres virtudes deben actuar y desarrollarse al max1mo, pero en el cielo sólo permanecerá la caridad. La fe y la esperanza ya no tienen razón de ser. Las virtudes morales abarcan todas las relaciones de los hombres entre sí y son, por consiguiente, múltiples. Vienen a ser las mismas virtudes naturales pero elevadas al orden sobrenatural. Se reagrupan en cuatro principales o cardinales: ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos corren, pero uno solo alcanza el premio? (1Cor 9, 24). Prudencia: por la que se juzga sobre lo que se debe hacer. Justicia: por la que se da a cada uno lo 1que le cor,responde. Fortaleza: por la que se superan las dificultades para obrar el bien. Templanza: por la que se moderan los placeres sensibles. Todas estas virtudes deben ir informadas por la caridad, es decir, que el amor sea el móvil y el fin de las mismas. Es así como todas las virtudes, tanto teologales como morales, constituyen la vida del hom- 55

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