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Yo soy el cami– no (Jn 14, 6).~ Esto, en vez de llevarnos al fatalismo, considerándonos ligados a un destino ciego, tiene que aumentar la confianza en el buen Dios que no permitirá que caiga un cabello de nuestra cabeza sin su permiso (Cfr Le 2, 18). La ley natural es la participación de la ley eterna en las creaturas. Por tanto tiene a Dios como autor y como sujeto a todos los seres crea– dos. Los seres irracionales la obedecen ciegamente. El hombre es libre y puede oponerse, obrando contra ella. Pero entonces desobedece a Dios. Es una ley inmutable y su objeto abarca todas las manifestaciones de la misma naturaleza. Ninguna ley positiva puede contradecir la Jey natural. Podremos en situaciones concretas no conocer lo que debemos hacer, pero por ejemplo el principio natural «se debe hacer el bien y evitar el mal» Jo llevamos todos impreso en el corazón. La ley divina positiva es la que Dios ha promulgado, no por medio de 1a naturaleza sino por la divina Revelación. 41

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