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OBLIGACION DE SEGUIR EL DICT!AMBN DE LA CONCIENCIA Es evidente que, dadas las diversas clases de conciencias, no debe uno atenerse igualmente a los juicios de cualquiera de ellas. Como afir– mación general, podemos decir que hay que obrar siempre con con– ciencia cierta. En concreto: 1. Hay obligación de seguir ,siempre la conciencia recta. Es esta clase de conciencia la verdadera voz de Dios para cada uno de nosotros. 2. Si la conciencia es invenciblemente errónea, también se debe ,seguir. ¿Por qué? Porque subjeüvamente es verdadera, y para ese in– dividuo es como si fuese conciencia recta. La joven que creía que la fiesta del Pilar tenía que oír misa, en conformidad con su conciencia habría debido ir a misa. No es lícito actuar contra la conciencia cierta~ aunque esté fundada en un error. 3. Si la conciencia es venciblemente errónea, porque hay alguna sos– pecha de lo contrario, entonces ya no es conciencia cierta, hay que co– rregir ese error consultando y saliendo de la duda. No se puede seguir la conciencia venciblemente errónea. CONCIENCIA DUDOSA En la pregunta anterior establecimos el principio general de que se debe obrar siempre con conciencia cierta. Lógicamente tenemos ,que decir ,que si uno duda, es que no está seguro, no tiene conciencia cierta. Luego jamás es lícito obrar cori conciencia prácticamente dudosa. El que proceda de esta manera con– trae la moralidad del pecado · del que duda. Un médico duda si esta medicina puede ser mortal para este enfermo. Si se la receta, contraería la malicia de un homicidio, a pesar de que luego la medicina no resulte mortal. Por tanto, cuando se duda prácticamente sobre si se puede hacer una cosa: a) si no hay obligación de hacerla, no se debe hacer hasta que se resuelva la duda. «No sabes si es pecado ir al baile. Debes abs– tenerte hasta que aclares la duda». b) Si hay obligación de obrar, hay que salir de la duda antes de ac– tuar. Si no se puede constiitar, es necesario formarse conciencia cierta acudiendo a algún principio general que para este caso concreto dé certeza. 34