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mentas plenamente. Si no hubiese advertencia plena (estado sem1-m– consciente) o consentimiento deliberado (si uno obra maquinalmente), el acto humano sería imperfecto. , Por su voluntariedad, el acto humano puede ser directo e indirecto. Es directo cuando se pretende por sí mismo, como fin; por ejemplo, «quiero ir al cine para divertirme». La acción de ver la película es vo– luntaria en sí misma, directa. Pero si yo quiero comer ciertas viandas, aunque sé que me producen ardores de estómago, esas molestias es– tomacales son queridas no en sí mismas, sino en su causa, indirecta– mente. IMPUTABILIDAD DEL ACTO VOLUNTARIO INDIRECTO Es claro que el acto voluntario directo es imputable a su autor, pues– to que lo quiso en sí mismo. Pero ¿y el voluntario indirecto? ¿No ha– ·brá circunstancias especiales que aminoren la responsabilidad de ta– les consecuencias indirectas? En el ejemplo que pusimos, el dolor de estómago era imputable puesto que se prevLó. La previsión, al menos confusa, es necesaria pa– ra que se impute el efecto. Además se necesita que la causa se ponga libremente. Si a mí me obligan por fuerza a tomar esas viandas, no puedo hacerme responsa– ble del malestar que se me sigue. Por último, si puedo impedir el efecto tomando algún medicamento, y no lo hago, soy culpable de ello. En resumen, se me imputará el voluntario indirecto: a) si fue pre– visto, b) si la causa fue puesta libremente, c) si se pudo evitar el efecto. También puede ocurrir que de una acción se sigan dos efectos, uno bueno y otro malo. ¿Puedo poner esa causa que podríamos llamar de doble filo? Sí, con las siguientes condiciones: l.ª Que la causa sea buena en sí, o indiferente. 2.ª Que el efecto bueno proceda inmediatamente de la causa y no a través del efecto malo. 3.ª Que el sujeto intente el fin bueno, no el malo. 4.ª Que haya razón suficiente para tolerar el efecto malo. El tener que ver o tocar ciertas partes del cuerpo, puede producirle a un médico malos movimientos. Como la causa y el efecto que intenta son buenos (curar al enfermo), hay motivo suficiente para exponerse a esas tentaciones, aunque debe es– forzarse por no consentir. 19