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Pero Dios en su bondad ha establecido un medio de recuperar la amistad divina: la confesión. El que se encuentre en pecado mortal, está obligado a confesarse en peligro de muerte o si va a recibir algún sacramento de vivos. La Iglesia, además, ha determinado, para nuestro bien, la confesión anual: todos los fieles, después de llegar al uso de razón, están obli– gados a confesar sus pecados mortales debidamente, por lo menos una vez al año. No es necesario haber cumplido 7 años, basta tener uso de razón. El año se puede computar desde el primero de enero al último de diciembre, o de Pascua a Pascua, o también de confesión a confesión. La confesión se puede hacer ante cualquier confesor que .tenga autop- zación para oír confesiones. · Hay que advertir que si uno sólo tiene pecados veniales, o no está absolutamente cierto de tener pecados mortales, no está obligado a confesarse, y por lo tanto no le obliga el precepto de la confesión anual. CONDICIONES DE UNA BUENA CONFESION Por el Catecismo ya sabemos que son necesarias cinco cosas: examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de la enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia. Hacer examen es obligación.grave si uno no recuerda todos sus -peca– dos mortales, pero no es necesario una investigación minuciosa; basta un examen ordinario, conforme a la capacidad del que se examina. Para la validez de la confesión es suficiente el dolor de atrición-por temor al infierno-y no es necesario que sea sensible. El dolor de con– trición-por haber ofendido a Dios, Bondad infinita-es mucho mejor, y perdona los pecados mortales si se tiene el propósito de. confesarlos. Algunas personas temen no tener dolor ni propósito si pre– ven que van a volver a caer en el pecado. Sin embargo; puede darse verdadero dolor y propósito con la previsión de un nue– vo pecado,• que se puede cometer por pura fragilidad humana más que por malicia. Hay obligación de confesar todos los pecados mortales, su número exacto o aproximado, las circunstancias y los actos externos, pero no es necesario indicar los efectos del pecado que no dependán de nuestra vo– luntad. La penitencia se debe cumplir cuanto antes para evitar que se olvide. LA CONFESION FRECUENTE Y LA DIRECCION ESPIRITUAL La confesión anual es el mínimum que la Iglesia exige. Péro debe– mos convencernos del gran medio espiritual de perfección que viene a 196
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