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RESTRICCION MENTAL Pnede ocurrir que no te obligue ningún secreto, pero que no sea conveniente manifestar lo que sabes, que te interese ocultar la verdad. La restricción mental consiste en usar una frase o expresión dán– dole mentalmente un sentido distinto del que tiene en apariencia. Sabes dónde venden revistas pornográficas. Un compañero que desea comprarlas, te pregunta dónde las venden. Tú no quiere¡¡ decírselo, y respondes con una evasiva: «¿Y quién sabe eso?~. El creerá que tú no lo sabes. Has usado una restricción mental. La restricción mental puede ser estricta, cuando es imposible des– cubrir el sentido en que se habla, y lata cuando el verdadero 6entido se puede deducir de las circunstancias. La estricta no es lícita usarla, . porque equivale a una mentira. La criada, preguntada por la señora, dice que no ha roto un plato, sobreentendiendo mentalmente «hoy», porque lo rompio ayer. Es una mentira, el verdadero sentido no se puede compren– der. La restricción mental lata se puede usar por los reos o testigos cuando son preguntados fuera de juicio. Pueden decir que no saben nada, sobreentendiendo: «para declararlo en estas circunstancias». Y lo mismo las personas públicas que están obligadas a guardar secre– to: no saben nada que puedan decir a los demás. En los demás casos no se deben hacer restricciones. Tenemos que ser «sencillos como las palomas» (Mt 10, 16), dijo Cristo. LA MENTIRA Y SUS CLASES Es el pecado directo contra la veracidad. Se define la mentira co– mo todo dicho contrario a lo que se piensa, con intención de engañar. La equivocación no es mentira, porque uno dice lo que piensa, aun– que de hecho no sea verdad. La esencia de la mentira está en esa dis– conformidad entre lo que se dice y lo que se piensa. La mentira puede ser perniciosa (con intención de dañar al próji– mo), oficiosa (para utilidad propia o ajena) y jocosa (para diversión y recreo). Nunca se puede mentir, por ser intrínsecamente malo e ir contra la verdad, que es eterna. Ni siquiera son permitidas las mal llamadas «mentiras piadosas». No obstante, la mentira no es pecado mortal, de suyo, a no ser que acarree consecuencias graves. La hipocresía es una -especie de mentira que consiste en aparen-– tar externamente lo que no se es en realidad. Por ejemplo, uno que intenta aparecer como devoto en la iglesia, estando totalmente ajeno a lo que se celebra en ella. · N. B. Sobre la calumnia y falso testimonio, repasa lo que se ha di– cho de ello en la lección 21. 166

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