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Puede ser: 1. 0 . Secreto natural, que ;por su misma naturaleza debe permane– cer en secreto: una falta oculta de otra persona es un secreto natural que no debe manifestarse sin justa causa. 2. 0 · Secreto prometido, que debe guardarse en virtud de ,la promesa que uno ha hecho después de conocido el secreto. 3. 0 Secreto confiado, que uno tiene que prometer ,guardar antes de que se le confíe. Este secreto va implícito en algunas profesiones: mé– dico, abogado, etc... OBLIGACION DEL MISMO Por la misma noción de secreto se comprende la obligación de gu~'.: darlo, pues de lo contrario perdería toda su razón de ser. El secreto natural obliga bajo grave, si el revelarlo ocasionaría al prójimo un perjuicio grave. Si el perjuicio fuera cosa de poco, obliga– ría solamente bajo leve. El secreto prometido obliga bajo leve, siempre que no se sigan gra– ves inconvenientes. La obligación radica en la promesa que se ha hecho. El secreto confiado es el que entraña mayor obligación de guar~ darlo, porque se nos ha comunicado precisamente bajo esa condición. Aunque también admite parvedad de materia. · Los médicos, por ejemplo, no pueden revelar nada de cuanto han sabido en el desempeño de su oficio, por secreto profesional. CASOS EN QUE ES LICITO MANIFESTAR EL SECRETO Te han confiado un secreto. Pero después te das cuenta de que todo el mundo lo sabe. No tienes ya la obligación de seguir guar- dándolo. . Es un caso en que cesa la obligación del secreto: la divulgación. Se ha hecho público por otros conductos y ya es inútil seguir callando, Otro caso puede ser el consentimiento de aquel a quien interesa~ ría se guardase el secreto. Si yo razonablemente supongo que consiente en que lo diga, puedo obrar así. Y por último, si hay causa proporcionada: v. gr.: un ·daño grave que se siguiese a la sociedad o a otras personas, de mi silencio. • Hay que tener en cuenta que el sigilo sacramental, que obliga al sacerdote a callar todo lo que ha oído en confesión, nunca puede ser dispensado por razón alguna. Es un secreto excepcional, sagrado, y jamás un sacerdote faltará contra el sigilo. ~ Por eso puedes tener absoluta confianza y seguridad de que cuanto digas en el confesonario, jamás se sabrá por el mismo confesor. 165