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IMPORTANCIA DE LA VIDA La vida es un don de Dios por el que podemos participar de su vi– da divina. El Señor, que podía no .habernos creado, nos ha hecho vi– vir una vida terrestre para merecer durante este tiempo la vida eter– na. En el hombre la vida temporal se ordena a la vida beatífica del cielo. Por ser un don de Dios, nosotros no somos dueños de la vida: no podemos destruirla ni disminuirla a placer. Somos administradores y tenemos que dar cuenta del tiempo que se nos ha concedido de vida. De ahí el deber que tenemos de cuidar la salud y respetar nuestra vida y la de los demás. No como bien supremo al que se deban some– ter todas las otras cosas, pues la vida de la gracia supera infinitamen– te a la vida corporal-en este sentido dijo Cristo: «No temáis a los que matan el cuerpo... temed a los que pueden perder el alma» (Mt 10, 28~ pero sí como un medio importantísimo de acumular méritos para el cielo: «Atesorad tesoros en el cielo, donde la polilla ni el orín los co– rroen, ni los ladrones los roban» (Mt 6, 20). LA FAMA Y EL HONOR Jesucristo da más relieve a la buena fama que a la misma vida cor– poral: «Habéis oído que se dijo a los antiguos: No matarás; el que ma– tare será reo de juicio. Pero yo os digo, que todo el que se irrita contra su hermano será reo de juicio; el que dijere «raca» será reo ante el Sanedrín, y el que le dijere «loco» será reo del infierno» (Mt 5, 21-22). Es decir, los insultos que quitan a uno la buena fama son punibles como el quitar a uno la vida corporal. Y en efecto, la fama y el honor perduran aún después de la muerte. Como hombres, y sobre todo como hijos de Dios, tenemos derecho a la fama. Todo hombre es imagen de Dios y en el Evangelio está bien claro que Cristo considera hecho a sí mismo lo que hacemos al próji– mo: «En ·verdad os digo que cuantas veces hicísteis eso a uno de mis hermanos menores, a mí me lo hicísteis» (Mt 25, 40). Hemos de respetar .la fama de los demás y demostrarla con nues– tra conducta. La fama es la buena estimación de que goza una persona. El honor es la manifestación externa de esa estima. Usaremos in– distintamente fama y honor. PECADOS CONTRA EL RESPETO A LA VIDA CORPORAL l. El suicidio, o quitarse uno a sí mismo la vida voluntariamente, nunca es lícito. Sin embargo, puede ser lícito exponer la propia vida en 14a
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