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Debes apreciar la Santa Misa y conocer su significado y cere-– mnnias. No te limites a estar de plantón, aburrido, mirando cons~ tautemente el reloj. En la Misa cumples con tu deber de hijo de Dios, de adorar, dar gracias, satisfacer por tus pecados e impetrar nuevas gracias. REQUISITOS PARA OIR MISA • 1 Es necesaria la presencia corporal durante toda la Misa. Sería pe- cado mortal omitir parte notable, por ejemplo, toda la liturgia de la palabra hasta el ofertorio. Se puede decir que aunque no se vea el altar (por afluencia de gente, o por tener que estar detrás de una columna, etc.~ se oye Misa si uno se da cuenta de las diversas partes de la misma: por el movi– miento de la gente, por la campanilla, etc... No se cumple oyéndola por radio o viéndola por televisión. Además hay que prestar atención mental: advertir lo fundamental, y no ejecutar ninguna acción que excluya la atención mental. Si uno lee una novela, aunque ponga atención en el momen– to de la consagración, no cumple. Pero vale la Misa si uno se confiesa durante la celebración, o si está tocando el órgano, con tal que preste alguna atención para seguirla. Por último tiene que ser en uno de los ritos de la liturgia católica y en lugar autorizado: al aire libre se puede permitir con motivo de grandes concentraciones, pero normalmente ha de ser en las iglesias u oratorios públicos o semipúblicos. En oratorios privados cumplen sola– mente aquellas personas a quienes se les ha concedido por la Sede Apostólica. En cambio, en los oratorios privados de los cementerios, si se dice misa, todos pueden cumplir con el precepto dominical. LECTURA CRISTO NOS ENSEÑA A ORAR «Acaeció que hallándose Cristo orando en cierto lugar, así que acabó, le dijo uno de los discípulos: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñaba a sus discípulos. El les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, danos cada día el pan cotidiano, perdónanos nuestras deudas, porque también npsotros perdonamos a todos nuestros deudores, y no nos pongas en tentación. Y les dijo: Si alguno de vosotros tuviere un amigo y viniese a él a medianoche y le dijera: amigo, préstame tres panes, pues un amigo mío ha .llegado ele viaje y no tengo qué darle. Y él, respondiendo de dentro, le dijese: No me molestes, la
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