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En efecto, no sólo tuvieron diversos coiaooradores en el mm1sterio, sino que, a fin de que la misión a ellos confiada se continuase después de su muerte, los Apóstol-es a modo de testamento confiaron a sus cooperadores inmediatos el encargo de acabar y consolidar la obra comenzada por ellos, encomendándoles que atendieran a toda la grey en medio de la cual el Es– píritu Santo los había puesto para apacentar la Iglesia de Dios. Establecie– ron, pues, tales colaboradores y les dieron la orden de que, a su vez, otros hombres probados, al morir ellos, se hiciesen cargo del ministerio. Entre los varios ministerios que ya desde los primeros tiempos se ejercitan en la Igle– sia, según testimonio de la tradición, ocupa el primer lugar el oficio de aque– llos que, constituidos en el episcopado, por una sucesión que surge desde el principio, conservan la sucesión de la semilla aoostó]ica primera. Así, según atestigua San Ireneo, por medio de aque1los que fueron establecidos por los Apóstoles como Obispos y como sucesores suyos hasta nosotros se pregona y se ·conserva la tradición apostólica en el mundo enteron (Concilio Vatica– no 11, Sobre la Iglesia, núm. 20). 70 DEFIENDE TU FE: 1 /' El Primado es algo que no se puede transmitir. Pedro es el Pri– mado y lo será hasta e( fin del mundo, pues Iza sido el fundamento de la Iglesia por su fe. T()dos los creyentes se apoyan en la fe de Pedro y de esta manera están edificados sobre la roca. (?) 2. 0 En las lglesiqs orientales y entre los protestantes algunos son más santos q1!e muchos en la Iglesia Católica. (?)

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