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«Fiel hasta la muerte• Luego J esú_s afirmó que era Mesías, no porque el pueblo se lo hiciese ·creer sin serlo, sino que, al contrario, el pueblo lo afirmó porque vio las pru~bas que El daba de ser enviado de Dios. SU MUERTE CONFIRMA ESTA VF;RDAD Nadie da su vida por algo de lo que no esté convencido. Y Cristo corrobora con palabras y hechos su convencimiento de ser enviado de Dios. - Su entrada en Jerusalén es una proclamación clamorosa que Jesús acepta: ((Os digo que si ellos callasen, gritarían las piedras» (Le 19.40). - Delante del Sanedrín, a la pregunta solemne del Sumo Pon– ~ífice: «¿Eres tú · el Mesías, el hijo del Bendito?», responde clara- 47

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