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seréis mi propiedad entre todos los pueblos; porque mi:.t es toda l<.1 tierr..i, pero vosotros seréis parn mí un reino de sacerdotes y un:.i nación santa. Tales son las palabras que has de decir a los hijos Je Israel " (Ex 19,3-6). « Y habló Dios todo esto, diciendo: Yo soy Yavé, tu Dios, que te ha sa– cado de la tierra de Egipto, de la cas:i de la servidumbre. No tendréis otro Dios que a mí. No te harás imágenes talladas. ni figuración dlguna de lo que hay en lo alto de los ciclos, ni de lo que hay abaju sobre la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo d e la tierra. No te postrarás :.mtc ellas, y no las servirás, porque yo soy Yavé, tu Dios, un Dios celoso, que castiga en los hijos las iniquidades de los padres hasta la tercera y cuart:i generación de los que me odian, y hago misericordia hasta mil gcncracione:; de los que me aman y guardan mis mandamientos. No tom:irás en falso el nombre de Yavé, tu Dios, porque no dejará Yavé sin c:istigo al que tome en falso su nombre. Acuérdate del día del sábado para santificarlo. Seis dí.1s traba_i;.irás y harás tus obras, pero el séptimo día es día de descanso con~agrado a Yavé, tu Dios, y no harás en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo. ni tu hija. ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que esté dentro de tus puertas: pues en seis días hizo Yavé los ciclos y la tierra. el mar y cuanto en ellos se contiene, y el séptimo descansó: por eso bendijo Yavé el día del sábado y lo santificó. Honra a tú padre y a tu madre. para que vivas largos año~ en la tierra que Yavé, tu Dios, te da. No matarás. No adulterarás. No ro– barás. No testificarás contra tu prójimo falso testimonio. No desearás la casa de tu prójimo, ni la mujer de tu prójimo, ni su :;iervo. ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada de cuanto la pertenece" (Ex 20, 1-17). DEFIENDE TU FE: 1.º Admitir la Revelación seria rf!co11ocer implícitamente que /~ creación no ha estado bien hecha. Como si Dios tuviese c¡ue reafirmar o corregir lo que había creado. Como si la ley natural no b~stase y tu– i•iese que aiiadir con la revelación nuevos ritos y nuevas obligaciones. Y todo esto es ·en desdoro del mismo Dios. (?) 2. 0 ¿P;r qué tenemos que admitir cosas que no comprenrlemos? Es una respuesta muy fácil decir que se trata de un misterio. Admitir una religión llena de misterios es un contrasentido en un ser racional como es el hombre. (?) 43

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