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GREGORIO VII Y SU ·PLAN DE REFORMA Hildebrando, que así se llamaba el futuro Gregario VII, era un.hom– bre ,que, en un físico in-significante, poseía una extraordinaria .fuerza de voluntad no exenta -de ,dureza. Ya antes de su ascenso al trono pontificio, trabajó incansablemente al servicio de los Papas refor1n·adores que le pr-ecedieron, y era tal su prestigio que, a la m·uerte de Alejandro 11, Hildebrando fue ele– gido Papa por aclamación popular, ratificada después canónicamente por los Cardenales. Toda la vida de Gregario VII se cifra en una -lucha sin cuartel por la reforma e independencia ,de la Iglesia ; muere fuera de Ro~a, y fue– ron sus últimas ·palabra·s: «amé 'la justicia y odié la iniquidad; por eso muero en el exilio». Corno sus predecesores, Gregario VII lo que perseguía directamente era la reforma del clero; pero s-e convenció bien pronto de que esa reforma era imposible mientras los laicos continuaran concediendo los beneficios eclesiásticos a sujetos indi,gnos. De ahí ·que el Pa-pa se ;deci– diera a suprimir la investidura laica, reservando, como co·nvenía, a la Iglesia la concesión de sus ministerios. LUCHA DE LAS INVESTIDURAS: ENRIQUE IV Para llevar a efecto su programa de reforma, Gregario VII publica, en 1075, un decreto en el que condena la investidura laica. Enrique IV de Alemania se riiega a aceptar la -decisión del ,Papa y, en un simulacro de Sínodo, r-eunido en Wo11r1s, se atreve a· deponer al Pontífice. Gregorio acepta el -desafío y contesta exco·mulgando al rey alemán y des-ligando a sus súbditos del juramento -de fidelidad. Canosa: Las cosas se ponían tan mal para Enrique IV, excomulgado y de– puesto, -que, par.a ·salvar s·u corona amenazada, vuelve so,bre s-us pa– sos. En pleno invierno cruza los Alpes y se presenta a las puertas del castillo de Canosa, ,donde el Papa le concede el perdón. La reconciliación de Canosa no fue definitiva. Enrique IV, normalizada su sítuación en Alemania, vuelve a sus antiguas exi,gencias; el Papa le excomulga de nuevo. El Rey alemán responde ahora eligiendo un an– tipapa. Gregario VII muere en el destierro, pero, vencido en su persona, - triunfará en sus ideales. · Concordato de Worms (1122): La lucha de las Investiduras se prolongó durante unos cincuenta años; la victoria final correspondió a la Iglesia. El problema s-e fue aclarando poco a poco, a base de ·distinguir en– tre el poder espiritual y el poder temporal que correspondía a los Mi– nistros de la Iglesia. La solución final llegó con el Concordato de Wor111s, firmado por Enrique V y Calixto II. Según este Conco:i;-dato, la Iglesia ·gozaria de absoluta libertad en 85

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