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dos: a veces, se encerraban de por vida en una celda, y les hubo, como San Simeón estilita, qu-e se pasaron años, expuestos a todas las incle– men·cias del tiempo, s~bidos a una columna. San Pablo En1tltaño : Es una figura típica del monaquismo en su versión eremítica. Segú:n la « Vita Pauli», historia novela.da escrita por San Jerónimo, este ermitaño vivió muchos años en la sqledad más ab– soluta en la T,ebaida; parece que murió en edad avanzada •después de recibir la visita de San Antonio Abad. San Antonio Abad ( t 35.6) : S·e le considera como el Patriarca del Ma. naquismo; después .de vivir durante algún. tiempo en lugares más o me– nos solitarios, se retira al desierto en Egipto·; son célebres sus luchas con el demonio que se le hacía visible; gozó de gran poder taumatúrigico e intervino activamente en la lucha arriana siempre a favor de Ja doctrina ortodoxa·. El prestigio de que gozaba el santo solitario atrajo en torno suyo a muchos otros anacoretas que le eligieron por maestro y construyeron . C·eldas ·cerca de la suya; el único vínculo que unía a aquellos so!itarios era el prestigio del maestro; fue un paso hacia el cenobitismo. San Atanasia, el luchador infatigable contra el arrianismo, dio a co– nocer el monaquismo en Occid-ente con su Vida de San Antonio. VIDA CENOBITICA Es la for111a de vida monástica en que los diferentes individuos viven juntos sujetos a una Regla y bajo la obediencia de un Superior. También esta .forma de vida monacal nace en Egipto como solución a los muchos p eligros que amenazaba·n a la vida eremític_a. . San Pacomio ( t 346) : es el iniciador de la vida cenobítica ; recibe el bautis·mo después de haber servido en el ejército, y se consagra a la vida eremítica durante algunos años. Escribe la Reg!a monástica más antigua que conocemos; en ella determina al d•etalle la jornada -del monje. La,s fundaciones ·de .San Pacomio florecen extraordinariamente; según San Je r ónimo, hasta 50.000 monjes pacomianos se reunían en la casa central d·e Tabennisi para la celebración -de la Pascua. San Basilio ( t 379): Termina por convertirse en el verdadero. legis– lador del monaquismo oriental; él es quien asegura el triunfo del mo– nacato frente al a scetismo independiente y a la oposición del clero. En sus Reglas incluye, además de la oración y el trabajo manual, el estudio y el cuidado pastoral. MONACATO EN OCCIDENTE: San Atanasia es quien da a conocer en Occidente el mona-cato propia ~ mente dicho; escribe la vida de San Anto·nio y, en uno de sus viajes a Roma, se hace acompañar de algunos monjes. Los Padres Latinos, lo mismo que los Orientales, se muestr an unáni– memente entusiastas del monaquismo. 54

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