BCCCAP00000000000000000000486

- tianismo. La explicación hay que buscarla en el odio y antipatía que se despertó en el populac-ho contra los cristianos. La opinión pública pesaba mucho en 1a Antigüedad, sobre todo, a la hora de castigar responsabilidades, y la opinión pública se pronunció contra los cristianos. Señalamos algunos de los motivos q_ue pudieron crear u-n mail ambiente a ~os cristianos: 1) Las calumnias difundidas entre el pueblo; s-e acusaba a los cris– tianos de ateos, sacrílegos (porque no rendí~n culto al Emperador y a los dioses oficiales) e infanticidas (porque celebraban la Eucaristía y comulgaban). _ 2) El ddio y la envidia de los judíos quien-es a veces aparecen a ti– zan1do la p ersecución. 3) El interés económico de ciertas profesiones que se veían ame– nazadas si triunfaba el Cristianismo; tales, entre otras, la de los sacer– dotes, adivinos y fabricantes de í,dolos. 4) La fuerza expansiva del Cristianismo, tan vivamente recalcada en la célebre frase de Tertuliano: «somos de ayer y ya lo llenamos todo, ex•cepto vruestros ,templos». 5) La vida de los cristianos que se rodeaba de cierto misterio, que, ·con su conducta ejemplar, era una con-d-enación de los vicios pa– ganos. PRINCIPALES PERSECUCIONES Desde ·Nerón hasta Consta-ntino, el Cristianismo estaba legalmente proscrito; la persecución pesaba como una amenaza continua sobre Ja 1-glesia. _ Tradicionalmente se han venido señalando diez persecuciones, ca.lean– . do el número sobre las cliez pla·gas con ·que Dios afligió a Egipto. Indi– camos las principales : Nerón ( 54-68) : Inicia la persecución el año 64 con ocasión del incen•dio de Roma. F·unda,damente el pueblo culpaba a1 mismo Emperador del desastre ,que afligía a la -ciu-dad; él, para distraer la atención de sí mismo, proc~sa a los cristianos y les condena como «reos -de odio contra la humanida-d». Las eje·cuciones revisten una crueldad inaudita; el fuego, la cmz y Jas fieras son los instrumentos de suplicio más frecuentes. Esta persecución hace muchos mártires, entr-e ellos, San Pedro y San Pablo. Trajano (98-117): AJ Emperador español corresponde más bien el papel de moderador que el de instigador de la persécució11. En un docum-ento, que se ha h e– abo céleb;¡-e, dete1111ina que la policía no busque a los cristianos; pero que, si recibe denuncias contra ellos, los castigue, a no ser que renun- 36

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz