BCCCAP00000000000000000000486

de sí mismo, por lo 1 que J,esús l1a de reprenderle. Ti-ene un momento de debilidad y niega a su Maestro durante la Pasión; pero, como le amaba apa-siona-damente, le basta una mirada de Jesús para ,qu.e ·Jlore amarga– mente su pecado, convertido ya para siempre en la roca firme sobre la cual se pu·diera edificar la Iglesia. Sirviéndose -de una metáfora de fácil interpretación, Jesús promete ~Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia .. . ,. a Pedro el Primado en su Iglesia: «Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las -llaves del reino ·de los cie1os, y cuanto atares en la t ierra s-erá atado -en el cielo, y cuanto desatares en la tierra será des– -atado en los cielos» (Mt 16, 18-19). Esta promesa de Jesús se hace realidad después de la Resurrección; Jesús continúa usando el len·guaj e metafórico tan del gusto de los orien– tales . Después de exigir a su Apóstol una trip1e confesión de amor in– condicional, el Maestro le entrega el cuidado d•e toda la Iglesia: « apa– cienta mis corderos; apacienta mis ovejas» (Jn 21, 15-17). Des·pués de la Asc,ensión, Pedro -comienza a ejercer sus funciones pri– maciales en el seno de la Iglesia; como tal, preside la elección de San Matías, y, en nombre d-e todos sus companerds -de apostolado, hab·la a la multitud el día d-e P•entecostés. BAUTISMO DEL CENTURION CORNELIO La Iglesia de los primeros tiempos estaba for,mada únicamente por ju– díos; Jesús recuerda a la muj,er cana.nea que su misión de aposto1ado personal s·e dirigía solamente a las ovejas -de Israel. Parecía que aquella situación se iba a prolongar indefinidamente, pues los Apóstoles no se decidían ·a predicar el Evangelio a lo-s. genti,les. Dios ha de intervenir milagrosamente indicando a San Pedro, en una visión, que se abran las 20

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz