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LA OBRA DEL CONCILIO DE TRENTO . 1 ' · Los Concilios Universales señalan siempre momentos importantes en la Historia de la Iglesia. El Concilio de Trento ocupa el número 19 en e l orden cronológico de esas Asambleas Ecuménicas, y las super a a todas en trascendencia. Trento es la respuest a m ás autorizada del Catolicismo a la set1do– reforma protestante. Fruto de un movimiento de renovación ecles iástica que hunde sus raíces en la Ba.ia Edad Media, el Concilio de Trento se erige en símbolo y motor eficacísimo de la verda der a Reforma Ca– tólica. LA VERDADERA REFORMA Los historiadores protestantes l1an aplicado el térimino «Reforma » a la rebelión luterana; · pero es un contrasentido, pues Lutero no pensó nunca en reformar la Iglesia, sino en destruirla falseando su organiza– ción esencial y su doctrina divina. La verdadera Reforma estaba en ·marcha desde mucho antes qt~e aparecíera Lutero, y continuó, durante los siglos XVI y XVII, adqui– riendo en estos dos últimos siglos t1n marcado carácter polémico anti– ~protestante. Principios activos de la reforma antes de Lutero fueron: algunos Papas y Concilios, las Misiones populares y las Congregaciones Religiosas de Obs,ervancia. En Espana se afianza antes que en ninguna otra parte es te moví– :míento de reformá, orientado por los Reyes Católicos y por el Cardenal .' Cisneros. . . ' :EL CONCILIO DE TRENTO ( 1545-1549, 1551-1552, 1562-1563) .... Ningún otro Concilio. presenta una prehistoria tan difícil como el de Tr-ento; hasta ·cuatro veces hubo de ser convoca-do antes de que fuera una realidad su apertura. Par,ece .como si Dios quisiera hacer pagar a la Iglesia por adelantado, en sacrificio, el don que le iba a hacer con el Concilio. Por fin, se puede abrir el Concilio el 13 de diciembre de 1545, con 112

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