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CAPÍTULO V EL JABI SANUKA O DANZA DE LAS MARAQUITAS Para el último día y la última noche de las fiestas están reser– vados los juegos con carácter de representaciones escénicas. Los que no van acompañados de canto o danza se representan siempre de día. Los que llevan parte bailable o amenizada de cán– ticos se representan de noche, a excepción de la danza del jatabu, como está ya referido. Quedan para ser descritos en capítulos sucesivos los juegos esencialmente cómicos, tales como el de ((La batida del araguato)), «La vieja entrometida)), etc.; y aquellos en que no interviene mú– sica ni baile, como el de ((La pesca de la Guabina)), «El nido de garzall, «La cacería del váquiro)), etc., concretándome en el pre– sente a describir, a mi modo, el Jabi Sanuka o Danza de las mara– quitas sagradas. Ya se dijo en un principio que estas fiestas que vengo descri– biendo, son esencialmente religiosas, de cuyo carácter sacro-litúr– gico no se desvían desde su comienzo hasta su fin. Basta como prueba el saber que en ellas está proscrita la embriaguez, y que en esos días no se permite llevar a la ranchería bebida embriagante o fermentada de ninguna clase. Nada más serio, simplicísimo y candoroso que estas danzas o juegos guaraúnos en honor de Yajuna, los cuales se reducen a re– crearse los indios, poniendo en escena, al son de cantos ancestrales que conservan por tradición, y al ritmo de los compases, las esce– nas salientes de su vida rústica y primitiva, presentándolas al pro-

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