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LOS INDIOS GUARAUNOS Y SU CANCIONERO 49 Con él practican esas tribus la ceremonia de lavar las maracas de los teurgos en el acto solemne de la consagración de las mismas, y también las maraquitas o zarandas de baile, llamadas jabi sanuka, que emplean en sus danzas teúrgicas, como veremos al tratar del Jabi Sanuka. * * * Llámase yuruma la torta fabricada con la fécula extraída del tronco de la palma de moriche. No todas las palmeras contienen almidón, ni en igual propor– ción las que lo tienen, ni en todo tiempo; cosa que saben distinguir los indígenas por varias señales, a saber: por el color de las ramas, por el sonido del tronco al ser golpeado y, sobre todo, por los resi– duos de fécula adheridos al filo del hacha después de haber dado un tajo profundo al tronco de la palma 2 • Llega el indio al pie de la palmera y la mira de arriba abajo; le da un golpe con la cabeza del hacha y un tajo con el filo. El sonido del golpe y la mayor o menor blancura del filo del hacha le asegu– ran la proporción de fécula que el árbol contiene. Unos cuantos hachazos al pie, y cae, crepitante, la corpulenta palma, entre el estrépito de las ramas desgajadas y de los árboles desmochados o aplastados, cuyos ecos repercuten por los cuatro puntos cardinales de la selva imponente y silenciosa. En seguida la anatomía: las pencas del cogollo para tejer chin– chorros, cordeles y diversas manufacturas; la cabeza del mismo, de sabor apreciable, para comer como fruta, como pan. como hortaliza y también como ensalada. · Queda ya el tronco descabezado: los dos tercios superiores son los que contienen el almidón. Un tajo vertical con el hacha, más allá otro y otro, y luego, ho– rizontalmente, se levanta la corteza superior de un tajo al otro. Con esto queda ya a la vista el meollo o tuétano en que se con– tiene la blanca harina como la miel en sus panales. Resta sólo la ta– rea de separar la fécula del bagazo. El indio boroyante (desmenuzador del tuétano) lleva para su fae- 1 na una especie de azuela que llaman najuru, hecha de un trozo de corteza del mismo moriche o de macanilla, con un mango largo. Con dicha herramienta el indio va cavando y desmenuzando con facilidad y ligereza el corazón de la palma, dejándolo luego reduci- 2 Las pJlmas que t:enen racimos carecen de fécula, c:ugándose de ella des– fíll~S de la cosecha.

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