BCCCAP00000000000000000000485

582 P. BASILIO M. DE BARRAL Estas carreras se repiten tres o cuatro veces, pero sin perder el ritmo ni dejar de cantar. Representación gráfica del 4." ritmo: Coro que retrocede. pdr p1r pdc1 ¡w pr1r p1r _)____J___,D__-t__ JJ__ ¡, _J)_ pdr ___._D.....__, -11 pía pda pía pda piel pela pia Coro que avanza. Después de esto vuelven a situarse en el centro como al principio v prosigue la danza con el segundo ritmo. Con el ritmo cuarto, que viene a ser una especie de trotillo, am– bos coros evolucionan girando sobre sí propios, en movimiento ro– tatorio, describiendo cada uno de ellos dos circunferencias, enrro- 11ándose y desenrrollándose, para quedar como estaban, hasta que, al fin, cada coro se sitúa en el lugar que ocupaba el otro, describien– do en este último caso una especie de espiral cada uno de ellos, quedando de este modo cambiados los campos. A veces evolucionan en esta forma una sola vez; otras, dos, tres o más. Y en ocasiones varían la situación general de ]a danza, colocándose ambos coros en la dirección en que antes tenían sus flancos. OBSERVACIONES FINALES A esto, poco más o menos, se reduce el jojomare, la danza ra– cial de los guaraúnos. Cuando se sienten cansados. cesan durante unos minutos para reposar un poco, beber, enardecerse nuevamente y reanudar la dan– za. Mas el festival no se termina mientras dure la bebida o se hay~m caído todos borrachos. De suerte que no se exagera en absoluto al denominarlos festivales báquicos. Para completar la información sobre el jojomare, remito a mis lectores al índice de materias de este mismo libro para que vean los Jugares citados en el término kasiri, en donde se estudia el origen de esta palabra, su fabricación, las diversas clases de bebida de estos festivales y su celebración. En lo tocante a la música, los indios echan mano de cualquiera de sus canciones, adaptándolas al ritmo peculiar de la danza. aun– que su propio ritmo sea del todo diferente. Véase el siguiente ejemplo.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz