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LOS INDIOS GUARAUNOS Y SU CANCIONERO 563 en los que se canta a ila Casa de los Padres o Casa Misión, como a la casa del pueblo guaraúno: Bare a janoko, ma janoko, la casa de los Padres es la casa mía. Lo han reconocido los propios indios, pese a su escasa facilidad para reconocer los beneficios que reciben, y lo han reflejado y testificado en su Cancionero. La casa misión es de verdad la casa del indio. En ella se bauti– zan, crían y educan sus hijos; se curan sus enfermos, se solucionan sus pleitos. El misionero lo es todo para ellos: Sacerdote, maestro, médico, abogado, juez, gobernador, etc. En la canción primera expresan el concepto que les merecen los misioneros por su labor apostólica, civilizadora y cultural, realizada entre ellos. La transformación de la masa india, si bien lenta, es in– discutible, y no pasa desapercibida para los mismos aborígenes: Baretuma ka i-namonía. J arabaka bakaya, karata guaraya. Los Misioneros nos están transformando. (Gracias a los Padres), ya llevamos (como los criollos), vestido con mangas, y sabemos leer... Más tarde cantarán en la Reducción Misional de San Francisco de Guayo lo que su autor llamó Himno de la transformación, titulán– dolo en la lengua indígena l-namoni-tía: Okora, guaraoronerane, mu-sima yanara. Okora yamara, guaraoronerane, namoninaerane, kritianotwnara monika tanera. Okora yamara ebe tanerane ka idamotumara monika ekiclara. Okora yamara, guaraotumarone, Bare yarokore, namoninaerane. Okora, Baretuma a-ribu ekía naukomorane, jotaraotumara monika, yajoto yana. Nosotros, aunque sí somos indios, no somos Caras Rojas. Nosotros ahora, aunque somos indios, hemos evolucionado y a los demás cristianos somos exactamente iguales. Ahora nosotros como eran antiguamente nuestros antepasados no somos. Nosotros ahora aunque somos guaraúnos, desde la venida de los Padres estamos cambiados. Nosotros, de las órdenes de los Misioneros procediendo en conformidad, seremos tan dignos como los crio– no seremos inferiores. [llos,