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LOS INDIOS GUARAUNOS Y SU CANCIONERO 473 zarlas dentro de la cocción, una vez enfriada ésta y vaciada en la canoa. Terminada la cocción y dejada enfriar, se vacía el contenido en un recipiente de madera, de boca ancha, que suele ser una curiara de desecho, acomodada para estos menesteres. Vaciado el contenido en la canoa o artesa, se le agregan las totumas de casabe previamen– te masticado, y, sumergiendo en el líquido las otras tortas medio quemadas, se desmenuzan con la mano, procurando después taparlo bien con hojas de plátano u otra cosa. Luego se deja reposar hasta el día siguiente en que se cuela y se deposita en los envases para que termine su fermentación, procurando quitarle la espuma de cuando en cuando. Cuanto más tiempo pase, más fuerte está la bebida y más clarificada; pero el caudal de paciencia de los indios es muy escaso y no les da para esperas ... Al siguiente día quedan desiertos los vecindarios; porque al tufillo del casiri, ha prendido el entusiasmo en todo el contorno, y los indios emperifollados con sus mejores atavíos, las indias con sus batas nuevas, sus pies lavados, peinadas y ungidos sus cabellos con aceite de coco o de gusano, y coloreadas de achote sus mejillas, se dirigen al lugar de las libaciones, convertido, por taumaturgia del casiri, en lugar de romería y de jarana. No tardará en oírse el serrucheo e hipido del sekeseke o violín, y el maraqueo de moriquí, iniciándose el jojo-mare, danzas de farra, cuya temperatura irá elevándose a medida que vaya mermando el casiri en los envases; hasta que, derrotados por el alcohol, suceda al jolgorio y a la vorágine de la embriam1ez activa, con todas sus consecuencias de riñas, peleas, inmoralidades, etc., etc., la calma de los cementerios; quedando el lugar, como en una batalla, cu– bierto, no de muertos, sino de borrachos, entre los que resaltan, por sus tonos chillones y por sus exaltaciones frenéticas, los cuer– pos y las almas privadas de razón, de las pobres hijas de Eva ... Entre los indios del Amacuro se distinguen varias clases de estas bacanales, llamadas bailes de casiri: casiris de natalicio, para festejar el nacimiento de algún niño; casiris de matrimonie,, para solemnizar las nupcias de los indios; ca siris de primicias, fabricado con los primeros frutos de un conuco, en honor del J ebu o espíritu; casiris de funeral, en obsequio del mejokoji (alma) de algún finado, cuando al morir dejó plantado algún conuco; casiris ordenados por el guisiratu o teurgo cuando en sueños recibe órdenes de los jebu para que se les festeje con una bacanal 2 • ' Puede verse esta materia extensamente tratada en el primer libro de esta obr,1, cuando se trató del teurgo o güisiratu.

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