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LOS INDIOS GUARAUNOS Y SU CANCIONERO 439 años por estrellas. que denominan kura. ¿Kura iji katamona ja?, ¿ cuántas (( estrellas)) (años) tienes tú? No me ha sido posible preci– sar cuál sea la estrella tomada por ios guaraúnos por punto de refe– rencia para contar los años. Las estrellas o grupos de estrellas más nombradas por ellos son: Nojijabasi, la constelación de la Osa Ma– yor; Jataburu, constelación de el flechero; Guirinio, las Cabrillas, constelación que denominan los remeros ( guirimo), por la disposi– ción enfilada de las estrellas, como los bogas de una embarcación; Guczjibaka, la curiara; Jokoma-kura, la estrella de la mañana; Ancz– kura, lucero vespertino. Joida ka saba naoya, la inundación viene hacia nosotros El Ori– noco tiene anualmente su inundación, que comienza generalmente a mediados de abril y no cesa hasta mediados de septiembre. Aquí el nivel de las aguas comienza su descenso. para terminar por los meses de diciembre o enero. Total, nueve meses de variación en el nivel del río: cinco meses subiendo y cuatro bajando. Estas inundaciones pueden ser clasificadas en las tres categorías siguientes: normales u ordinarias, que se repiten anualmente por un período de siete años, más o menos; extraordinarias ordinarias, que se suceden cada siete años, también más o menos, kniendo como apéndice la inundación más que ordinaria del año siguiente o a los tres años; extraordinarias máximas, que, según cómputos úl– timamente hechos, parece se repiten cada cincuenta años. Las inundaciones normales u ordinarias no son motivo de pre– ocupación para los habitantes del Delta, pues, conocido el máximo nivel que alcanzan las aguas, tanto la agricultura como los poblados se sitúan en lugares no anegables. Su desventaja es la de restar te– rreno a la agricultura general en los puntos sujetos a la invasión de las aguas, terrenos tan solo utilizables para la siembra de aquellos frutos, cuya cosecha puede ser recogida antes de que las aguas se desborden, o sea, entre marzo, abril y mayo. En los terrenos suje– tos a la inundación anual, no hay caseríos permanentes, sino algún que otro rancho, habitado durante la época del verano por agricul– tores temporeros, que van a hacer sus siembras de maíz, y, una vez recogida la cosecha, abandonan el lugar. Los poblados y tierras de labor permanente o conucos están situados en lugares no alcanz:1- dos por estas inundaciones. Las inundaciones extraordinarias-ordinarias o septenarias se re– piten por lo regular cada siete años; rebasan el nivel de las inunda– ciones ordinarias anuales y anegan los terrenos relativamente altos, siendo muy escasos en todo el Delta llano los punto que se libran

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