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22 P. BASILIO M. DE BARRAL Se propagan con el desdoblamiento de las fratrías y se transmi– ten, sin alteración apenas, de unas generaciones a otras. En toda mi larga permanencia entre los guaraos no he logrado encontrar más que tres melodías fúnebres distintas, las que puede ver el lector en su lugar correspondiente. En resumen: lo que no se puede decir hablando del cancionero profano, se puede afirmar de la música religiosa de los indios gua– raos: que es primitiva, que es la misma que cantaban las tribus protohistóricas. Esto precisamente quiere significar la denominación Idamotuma a-rokotu (cánticos de los antepasados), con que los indígenas clasifi– can esta música para diferenciarla de los cantos profanos o no reli– giosos, que denominan kasiri a-rokotu, guarabo a-rokotu, nebumare a-rokotu, cantos de kasiri, cantos de guarapo, cantos de la juventud alegre. IV NUESTRO ESTUDIO El presente de los indios guaraúnos no es en último término sino el resultado de una corazonada, del deseo de hacer el bien. Ved aquí su génesis. Fue en los primeros años de mi vida de misionero, allá por el año 1933. Convaleciente de unas fiebres palúdicas en el hospital de Maba– ruma (Guayana Inglesa, N. W. D.), que era entonces el refugio de los misioneros enfermos de nuestra trágica e inolvidable Casa Mi– sión de San José del Amacuro antes de ser abandonada 14 , leí en una revista del Vicariato Apostólico de la Guayana Británica un artículo firmado por el Rev. P. Carlos Kooksey, S. J., en donde, al hacer un cotejo entre las diferentes tribus aborígenes existentes en aquella colonia, decía, refiriéndose a los guaraos, que eran generalmente considerados como la ((raza ínfima de la Colonia, la más degenera– da y la más refractaria a la civilización)), En el resto del artículo, el P. Kooksey se coloca al lado de los guaraúnos, esforzándose por defenderlos contra ese concepto pe– yoritario, que califica de nada justo. En primer lugar, porque, si bien no puede negarse que los guaraúnos sean allí los indios más atrasa– dos, este atraso, más bien que a causas étnicas, obedece a circuns- 14 La Misión de Amacuro (Guausa) fue dejada en abril de 1940.

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