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14 P. BASILIO .M.. DE BARRAL gico, la obstinación en sus creencias religiosas y la tenacidad en la conservación de su liturgia racial y las prácticas de su culto, a las que el indio está más adherido que la uña a la carne. Por estas razones -aparte de otras del orden humano y sobre– natural--, he subrayado siempre la importancia que tiene la conser– vación de estas reliquias vivientes de la raza primitiva americana. Si un monumento en ruinas, por su importancia histórica o pro– tohistórica, merece la protección de los gobiernos y se lo declara monumento de interés nacional, ¿qué protección no merecerán es– tos monumentos humanos, últimos residuos de las viejas nacionali– dades indias? * * * Es más fácil encontrar una ciudad edificada en el azre que un pueblo sin religión 7 • Esta sentencia, de aceptación ecuménica, se afianza cada año que pasa, y adquiere firmeza inconmovible a medida que adelantan los estudios etnográficos de los pueblos primitivos. Por el contrario, se desinfla, como globo pinchado, la opinión de los que, con Strauss, han negado la universalidad de la religión, ba– sándose en la afirmación de quienes han dicho que en muchos pue– blos salvajes de Africa, Asia y América no se ha logrado encontrar vestigio de e11a. Muy oportunamente se me viene a la pluma el siguiente suceso, que quiero consignar, por creerlo como una antorcha que arroja luz sobre esta tesis. A cierto empresario de una estación explotadora de la concha de mangle, cuyo peonaje se componía exclusivamente de aborígenes guaraúnos, le pedí por carta unas notas sobre creencias y costum– bres religiosas de sus indios: danzas sagradas, ofrendas, oraciones, funerales, etc. Teníamos en plan visitar aque11a ranchería para fil– mar una película, y deseábamos saber con exactitud la fecha en que celebraban sus fiestas a fin de no llegar a destiempo. Como al mes recibo la contestación de aquel mi amigo, de cuyo texto entresaco lo siguiente: «Estos indios de por aquí no tienen costumbre religiosa ningu– na; no creen nada; no tienen nada especial en sus funerales más que gritar y Borar sin lágrimas)) 8 • 7 "Creo ser más fácil asentarse una ciudad en el aire que fundarse y perseve– rar una ciudad sin religión y sin dioses." (PLUTARCO, Advcrsus Colotcum Epicu– rewn, c. XXXI). 8 Por delicadeza se omite el nombre del interesado, el cual vive todavía, conti– nuando al frente de la misma ranchería.