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322 P. BASILIO M. DE BARRAL Para calmar el dolor de muelas en Amacuro emplean la tintura de la raíz del espino, llamado por ellos boboro. La ponen a hervir, y cuando ha soltado todo su tinte, la dejan enfriar y la aplican en buchadas a la muela. Para cortaduras he visto muchas veces emplear cenizas de ca– bellos humanos espolvoreados sobre la herida sangrante, y encima de la herida, mechones de los mismos cabellos tostados al fuego. Los indios aseguran, y yo lo he visto varias veces confirmado, que las heridas cicatrizan rápidamente y no se infectan. Para lavar heridas, en la región de Amacuro emplean el agua en que se ha hervido corteza de carapa. Para hacer sudar la fiebre del paludismo, preparan una abundan– te cocción de hojas de conopia, llamada por ellos morusi. Hervida el agua, colocan al enfermo de modo que recoja y respire los vapores. Para mordeduras de culebras, picaduras de alacrán y otras, he visto utilizar los siguientes remedios: a) tabaco mascado y aplicado a la herida; b) la carne del caracol, sobre todo la que se arrastra sobre la tierra; e) la parte negra de la piel del ((mato de agua)); 1 d) se va haciendo común entre ellos el uso del (lguaquillo)), especie de liana, llamada por los indios bebe-naba, sobre todo para morde– duras de culebras. Unas veces lo aplican en crudo, masticando las hojas y tragando el zumo, sumamente amargo; otras veces, cocido, tomándose el caldo de la cocción; y en ambos casos aplicando una masa o pasta de dicha liana machacada sobre la mordedura. La eficacia de este contraveneno está comprobada. e) Usan también la corteza del carapo, rallada; la del llamada ((coco de monoll, y también la del purgo o balatá. f) Conozco indios que usan el jenjibre, la ceria y la parásita llamada ((rabo de iguana)), contravenenos de uso entre los criollos del país. Las indias saben y usan también de remedios, tanto para este– rilizarse como para hacerse más fecundas; y están al corriente de los venenos que pueden utilizar en ocasión oportuna, sobre todo, según las mismas indias me han asegurado, contra sus émulas en casos de celos.

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