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LOS INDIOS GUARAUNOS Y SU CANCIONERO 9 criollos y uno de los indios que les servían de intérpretes, cuando iban a reclutar gente para trabajar en los campamentos gomeros o empresas de balatá. Considero a éstos como a los más atrasados del Delta, y es cosa que no deja de sorprender si se tiene en cuenta que de muchos años atrás han estado siempre trabajando con crio– llos. Hasta que se fundó la reducción de San Francisco de Guayo, el río Guayo era el límite que deslindaba la región de los indios vestidos y de los indios desnudos. Hasta pasar a la margen derecha del Guayo no era fácil encontrarse con un indio desnudo; pero, des– de aquí hasta la Boca de Navíos, la desnudez era universal. La raza va en decadencia precipitada. Entre sus prácticas religiosas autóc– tonas tienen la fiesta teúrgica de las Noguara o enumeraciones con que celebran el ágape tribal en obsequio del J ebu o Espíritu. Los merejineros y guayoaraos conservan vivo su profundo racismo, a pe· sar de las apariencias en contrario. En el fondo odian al blanco, es– tando persuadidos de que los únicos dueños de la tierra son ellos, los indios guaraos; los demás son invasores advenedizos, que no tienen derecho a sentar el pie en su país 5 • Comarca del Delta del Merejina. Son un poco más abiertos que los anteriores. Las rancherías que residen en el laberinto del Del– ta, o sea, de la margen derecha del Merejina hasta la Boca de Navíos, viven casi sin excepción bajo la autoencomienda de algún criollo, que reside entre ellos por temporadas --algunos habitual– mente-; se beneficia del trabajo de los indios, proveyéndolos de los artículos de primera necesidad, como vestidos, herramientas, utensilios de cocina y alguna cosa más. Esta convivencia del blanco con los indios es, sin duda, beneficiosa para la civilización de aqué– llos, siempre que en el criollo haya temor de Dios y temor a la san– ción de las leyes protectoras del indio; y cuando desaparezca en el encomendero la especie de que el indio es, por naturaleza, esclavo. Comarca de la margen derecha de Río Grande. Hay en toda esta zona muy pocos indios de raza pura, aunque todos hablan el guarao. Los de El Guasay e Ibaruma son mezclas de guarao con aruacos, o de éstos con criollos; y otro tanto podemos decir de la mayor parte de los indios de Amacuro, aunque en esta región tam– bién existen sus fratrías de indios guaraos puros y algún que otro guaica. Entre el Barima y el Amacuro, hacia la frontera, son céle– bres los comeloros, guaraos trashumantes que viven siempre meti– dos en la montaña, y se alimentan de carne de loros, que cazan 5 Dicen a este efecto: Ka jobaji a otana oko,. nosotros somos los primeros dueños de la tierra nuestra.

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