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278 ir P. BASILIO M. DE BARRAL NÚMERO 117.-ARAGUAO AROTURANE (El de Araguao). (Indios de Osibukajunoko) ' J = 84 • ~~Ji • h~ ' i ~ J1 J1 1 o s r G ~ J) A- ra-guao a - ro - tu - ra- ne nrn ja - ra o - ~ ~ fl aP- ne - ra; A- ra-gua-hi- si a ro- tu- ra m-a-ra gua-rwr-a- ha- nae. Araguao aroturcme 1Ha jara oanaenera; Araguabisi arotura m-aragumzera abcmac. Iboma kalmkarone, mate sibancrané, ma jara oalwrcranc, 111a-ragua11er-abwzae. Ranercmé lwanerane, kumzera11era nercí, nercmcra kwmcrcmc, kwmcra 11cra ncrá. El de Araguao mis brazos sujetó; el de Araguahisi me entristeció. Moza jovencita aunque era, y del todo virgen, rnL; hn!zos sujetando, me entri~tccicron. La la lará lalarala, la lalalá ialald, la lalalá lalalala, lara larala lará. 1 11 Refiérese en este cántico y en el anterior cómo fue forzada una muchacha, casi niña, por ciertos hombres de Araguao y Araguabisi. Las anotaciones al cántico anterior deben tenerse en cuenta en éste, ya que ambos atañen, como allí se advirtió en la nota final. En cuanto a este último puede observarse la construcción capri– chosa que acostumbran los juglares guaraúnos para acomodar a la inspiración musical del momento las letras ya usadas en otros cán– ticos. Cotéjense ls letras de éste y del anterior. Ambos son idénticos en cuanto al significado, pese a parecer tan diferentes en lo tocante a contextura literaria. Otro tanto, más o menos, sucede en las demás composiciones guaraúnas; circunstancia que debe tenerse en cuen– ta desde ahora a lo largo del Cancionero. La libertad poética y mu– sical es en ellos absoluta, tanto para recargar de sílabas vacuas y sin sentido (partículas de relleno), como para mutilar las palabras, hasta dejarlas en el esqueleto raspado de su radical, debiendo mu– chas veces adivinar el sentido por solo el contexto. Compárese en el siguiente paradigma el texto fundamental con el rellenado:
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