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202 P. BASILIO M. DE BARRAL fermedad no cede, antes bien se agrava el enfermo, entonces el teurgo llama en su ayuda a sus espíritus tutelares, los jebus de los karekos, que residen, como en su sagrario, dentro de la maraka santa, depositada en la casa del Jebu o santuario, en donde recibe el culto del piache y de los indios. Cuando el piacheo termina con éxito, el teurgo señala al jebu expulsado, como confinamiento para su residencia, un lugar deter– minado, ordinariamente un cerro o lugar desierto, que se distinga por lo malsano y palúdico, al que se le da desde entonces el topo– nímico de Jebu-noko, lugar del jebu. Todo el diálogo entre el piache y el jebu o los jebus es cantado del principio al fin; intercalándose algunos cortos pasajes de reci– tal salmodiado que se caracteriza por lo enérgico, pausado y sila– beado con toda distinción y gran énfasis. Proceso del piacheo Vistas las líneas fundamentales del piacheo teúrgico guaraúno, juzgo conveniente, aun cayendo en el pecado de repetir mucho de lo ya referido a lo largo de este libro, cerrar la parte expositiva del asunto que nos ocupa, con un extracto de todo el proceso curativo del güisiratu, de suerte que el lector pueda formarse una idea exac– ta y total del mismo. Enfermo el indio, mandan llamar a un teurgo amigo y de fama, quien, recogiendo del «santuario)) el torotoro o cesto en que guarda la marimataro o maraka solemne con los karekos, y colgándolo del cuello, se encamina a la casa del enfermo, acompañado por los emi– sarios y generalmente también por otro indio de categoría teúrgica, para desempeñar el papel de ((medium)) o ((payaso)), apodo este úl– timo con que es conocido por los criollos del país. Llegados a la casa del enfermo, el jefe de la familia sale al en– cuentro del piache, le da la mano para ayudarlo a desembarcar, y con el mayor respeto acompáñalo al lugar o rincón del rancho en donde yace el doliente, dándole la bienvenida, ofreciéndole asiento para que descanse, e informándole sobre las circunstancias de la enfermedad. Nabakayakore, dujanu, dima; taitane tuarau. Taitane ma bo– toboto jimauya tejomanu. Taitane ma saba guaranu bítu sike ma botoboto nobaraya: ya que has llegado, siéntate, padre, y descan– sa -le dice al piache el jefe de la familia-, después reconocerás al enfermo y me dirás por qué se ha enfermado. El teurgo la asegura que pondrá en juego todo su poder para obligar al jebu a salir del enfermo y devolver así a éste la salud.

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