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XX PRESENTACIÓN bién para terminarse la grandiosa catedral que proyectó y dirige el actual Vicario Apostólico, Excmo. Sr. D. Fr. Argimiro Alvaro García de Espinosa, Obispo Titular de Coropisso, nombrado el 19 de diciembre de 1955. Tucupita, población enteramente criolla, cuenta hoy en día con más de diez mil habitantes. Posteriormente se fundó la residencia misional Divina Pastora de Araguaimujo, a donde llegaron los Capuchinos el 19 de marzo de 1925. Ya desde los primeros días comenzó a tenerse allí interna– do de niños, y en 1928 se puso el de niñas a cargo de las Religiosas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia. El 25 de diciembre de ese mismo año 1925 se fundó una segunda residencia misional al lado del río Barima, con título de San Anto– nio, pero, por varias dificultades que surgieron, hubo de ser tra:~– ladada a los dos años a las proximidades del río Amacuro, dándo– sele el título de San José, el 19 de diciembre de 1927. También aquí se pusieron internados de niños y niñas, a cargo éstas últimas de las mismas Terciarias Capuchinas. Sin embargo, esta nueva casa, por motivos de salubridad, al igual que la de Barima, hubo de ser definitivamente abandonada el 11 de abril de 1940. En junio de 1942 se establecía una nueva residencia misional, la de San Francisco del Guayo, que igualmente, además de casa e iglesia, consta de internados para niños y niñas; de éstas están a su vez encargadas las Terciarias Capuchinas, que regentan al mismo tiempo un pequeño hospital para los indios de la zona. La residencia parroquial de Pedernales, población criolla que es municipio y que se halla situada casi al extremo del Delta Amacu– ro, fue convertida en residencia fija de los misioneros en 1952. Tiene buena casa y hermosa iglesia. Fundada para atender a los criollos que forman el municipio, se atiende igualmente desde este centro a los numerosos indios dispersos por los caños próximos. Finalmente, desde diciembre de 1957, los misioneros se han es– tablecido definitivamente en Curiapo, población asimismo de crio– llos. Desde aquí se atiende de igual modo a las necesidades espiri– tuales de los indios que viven en las rancherías de los alrededores. Actualmente trabajan allí como misioneros, en colaboración con el mencionado Vicario Apostólico, doce Padres y dos Hermanos. Con estas notas terminamos esta presentación. Con ellas y el mapa puesto al final se dará el lector cuenta perfecta de la situa., ción de las mencionadas fundaciones misionales, así como de los incontables ríos, caños y cañitos existentes en el Territorio Delta Amacuro, sobre todo del de Mariúsa, al que con frecuencia hace referencia en su obra el P. Basilio M." de Barral, a quien una vez más felicitamos, deseándole gran éxito con esta nueva publicación. Fr. Buenaventura de CARROCERA, O.F.M.Cap.

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