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CAPÍTULO IX COMUNICACIONES DE LOS JEBUS CON EL TEURGO Y VICEVERSA Los suefíos del teurgo. Las comunicaciones de los jebus con los teurgos tienen lugar pre– ferentemente durante el sueño y en las horas de alucinación y ex– citación mental. Los sueños son realidades en el concepto de los indios. Y aunque a los sueños de los particulares no se les da importancia, los de los ministros de la teurgia y de la magia son creídos como revelaciones hechas al piache por los respectivos joebos. Cuando los piaches despiertan después de uno de estos sueños, se levantan de su chinchorro y se ponen a cantar el canto de piache correspondiente, bien «jebu» o bien «joa», según que sea güisiratu o joarotu el soñador. Los güisiratus, y los hay frenéticos, se «pegan» de su maraka y, en proporción de su fervorosidad, se descoyuntan las muñecas re– piqueteándola. El infeliz que se ve condenado a pasar la noche en una de estas rancherías guaraúnas no sabe a qué hora le será posible conciliar el sueño, porque, al igual que los sueños, los arrebatos piacheros no tienen hora fija. El redoble teúrgico o el alarido mágico revientan cuando menos se piensa. Unas veces, en las primeras horas; otras, a medianoche; otras, hacia la madrugada, y otras, durante toda la santa noche. Y cuando no es el teurgo, es el nigromante, o si no el mago blanco o bajanarotu. Muchos meses hube de pasar yo este purgatorio en los comien– zos de nuestra reducción misional de San Francisco de Guayo, épo-

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