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LOS INDIOS GUARAUNOS Y SU CANCIONERO 191 ))Cuando el masisikiri se marcha, resuena dentro de la gargan– ta del piache una voz como despidiéndose: "Ine naruya, ¡dihana ! , yo me marcho, ¡adiós!)) 3 • Sueiio del teurgo «Después que el masisikiri se ha ido, el piache se acuesta, duer– me y comienza a soñar 4 • ))Sueña que el masisikiri viene a él y le dice: "Si tú no hubieras venido, yo me hubiera llevado al enfermo." ))El piache al despertar refiere a los indios el sueño que ha tenido: "Se me ha aparecido el masisikiri y me dijo que si no hu– biera sido por mí, se hubiera llevado al enfermo. Y ¡gracias a que llegué a tiempo! Por eso ahora tenéis que pagarme bien." Los indios le preguntan: ((Nobo, ¿sina obonoya?: abuelo, ¿qué quieres que te demos?)) El piache les pide lo que quiere, y los indios le dan todo, violín, chinchorro, curiara, vestido. Otras veces les pide la mujer o sus hijas para mujeres del piache. Y el indio se las da, porque tiene miedo.)1 (Tomasa Rivas.) De todas estas descripciones se deduce: Que así como en la extracción de las bajanas juega parte funda– mental la prestidigitación, por cuyo arte se sugestiona al enfermo, en la actuación del teurgo esa sugestión se produce mediante el arte de ventrilocuismo, sensibilizando por ese procedimiento la fic– ción de la locución del Jebu o espíritu que domina al enfermo. Con todo, yo creo que la práctica del ventriloquia, lo mismo que la intervención del payaso o «médium guaraúno)) en las intervencio– nes del güisiratu, no son connaturales con la institución del sacerdo– cio étnico guarao, sino innovaciones, acaso no muy remotas, de los teurgos mercantilistas o vanos. Por lo menos tenemos que su prác– tica no es universal entre los guaraos, y que aun en las rancherías en que se practica, no es tampoco siempre. Además salta a la vista el contraste tan estridente entre la fala– cia y vulgaridad chabacana del diálogo espiritista si se le compara con la seriedad, elevación, sinceridad y lógica aceptable que, en me– dio de sus genialidades primitivistas, no puede menos de apreciarse tanto en los mitos y creencias religiosas del Joebo del Dij aguara como en las relaciones de los indios con dichas creencias y los oficios ministeriales del teurgo guaraúno: el güisiratu. 3 Estas palabras las pronuncia el teurgo por arte de ventriloquia. 4 Como se veni en el próx:mo capítulo, los jebu se comunican con el teurgo, por medio de los sueiios.

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