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190 P. BASILIO M. DE BARRAL El piache imperando al jebu Sigue escribiendo la india : <<El ((rnasisikirill es uno de los ((jebus)) peores. Al entrar este jebu en un indio, el indio se enferma. Llaman entonces al piache. El piache viene, lo examina y dice: «Masisikiri oanae, lo agarró el ((rnasisikiri)). Empiezan entonces las ceremonias para echar al ((rna– sisikiri)) del enfermo. ))El piache coge la maraca y canta al Jebu. Después toca la rna– raka fortísimo, poniéndola sobre el vientre del enfermo, y dándole golpes con ella. Se la aprieta fuertemente, corno queriendo me– térsela dentro. Después deja la maraka. Ahora agarra con las dos ma– nos el vientre del enfermo y las hunde para adentro, para abajo. Después levanta el cuerpo para arriba, y lo besa durísimo, corno chu– pando con todas sus fuerzas, y escupiendo al mismo tiempo. Y de su boca cae sangre con saliva 1 • »Entonces ya resuena una voz en la garganta del enfermo: ((¡Ah!, ¡ah!, ¡ah! ¡Eh!, ¡eh!, ¡eh! ¡Ye!, ¡ye!, ¡yeeee!ll. Esa voz dicen los indios que es del rnasisikiri, que está saliendo del en– fermo; y va llorando, porque lo expulsan de allí. ))Ahora el otro hombre, compañero del piache, pregunta al rnasisikiri que está saliendo: ¿Sina saba tarnaja iji oanaera, por qué te posesionaste de esta india? ))El rnasisikiri responde: Ma tida tane ine oanae tai, la qogí con el fin de llevármela para mujer mía. llSi el rnasisikiri es femenino y el enfermo varón, la masisikiri dice: Tarnaja ma nibora tane ine oanae. Guabakore, rna janoko ata konarukitine: éste lo he cogido para marido mío. Al morirse, lo llevaré para mi casa. Los indios le ruegan que no se lo lleve. En– tonces el masisikiri les dice: Tarnaja isía i-abate. Atae takore, i-aba– naka konarukitía: por esta vez os lo dejaré; mas para otra, lo llevaré sin remedio. ))Ahora el piache coge otra vez la rnaraka y canta: << ¡Yae ! , ¡ yae ! , ¡yae ! )) Se pone de pie y levanta muy arriba la rnaraka. Eso es mandar al rnasisikiri que se marche a otra parte 2 • 1 Aquí la indiecita está confundiendo al güisiratu o teurgo con el bajanarotu o mago blanco. Este último es el que saca sangre de una dentallada que da al enfermo, como se verá en su lugar. 2 Al arrojar de un enfermo al jebu, el teurgo le señala lugar de confina– m· e,1to. Ex:sten lug:ires m:ils:inos. sobre todo cerros. denominados por los indios Jclm a 110/.:0 (]ug:1r de los jebus). A tales lugares es a donde suele m;ind1r el reurgo ·¡ los "jebus".

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