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LOS INDIOS GUARAUNOS Y SU CANCIONERO 181 entró la peste en la rancheríail. ¿Qué querría decir con esto? Re– flexioné y caí en la cuenta. Ved a continuación descifrado el enigma. En el terreno del desmonte que hicimos, conforme se dijo atrás, había tenido el güisiratu sus marakas sagradas, cobijadas debajo de unas hojas de palma, dobladas sobre tres palos en forma de caballete. Las mara– kas habían tenido cuidado de trasladarlas al otro lado del río al comenzar los trabajos de la tala, no habiendo quedado allí más que el cobijo tal como queda descrito. Ahora bien; al tumbar los árboles, fortuitamente uno de ellos fue a caer encima del predicho cobertizo, desbaratándolo. Este fue el gran pecado que cometieron los Baretuma a natoromo, los nietos del Padre. ¡Monikata iridatubuyaja!, ¡sacrilegio monumental!, por el cual, enojado el Gran Jebu, había plagado de catarro gripal y de otras calamidades a todo el personal de la ranchería, sin excepción del Padre Misionero. Era apremiante desagraviar a los jebus que re– sidieron en aquel sitio antes de ser trasladada al otro lado la mara– ka. Y desagravios fueron las interminables veladas del teurgo Lo– renzo, durante aquellas cuatro noches de alaridos y maraqueos ... Y yo pregunto: ¿cuántas noches hubieran durado esas t'elaclas dasagraviantes, si con el cobertizo hubieran sido espachurradas también las marakas ... ? Tal es la veneración que sienten por la maraka sagrada, la confianza que les inspira la protección de los jebus que creen habi– tar dentro de ella, y el temor supersticioso a la menor profanación de la misma. Con las precedentes explicaciones el lector quedará capacitado para interpretar el sentido de ciertos episodios étnico-religiosos. referidos frecuentemente por misioneros y exploradores, cuyo prin– cipal interés y belleza no sabrán apreciar nunca quienes no están iniciados en estas disc-iplinas étnicas. Durante el año las marakas sagradas permanecen dentro de sus correspondientes torotoros o cajas d~ junco en la casa santa o <<Casa del Jebun, de donde son sacadas por el teurgo en sus actuaciones más solemnes o destacadas, las que describiremos adelante. Estas actuaciones tienen lugar en las siguientes circunstancias: a) en las fiestas del N aja-Nmnu; b) en 1as curas de enfermos gra– vísimos, después que la actuación del teurgo sin la maraka no ha dado resultado; e) en las bacanales de los jebus; d) en los kasaris del funeral; e) en circunstancias graves en que a los indios intere– sa comunicarse con los jebus, v. gr., cuando se pierde un niño y no pueden encontrarlo; f) cuando los de la fratría emprenden un

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