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180 P. BASILIO M. DE BARRAL quien necesita dormir y no le dejan ... ! Verán ustedes cómo aque– llas veladas no eran sino desagravios a los jebus de las marakas. Pocos días después (26 de diciembre de 1942), sintió dolores de parto, o creyó sentirlos, una ex alumna de nuestro internado, llamada Elba de Andrade. Y como en la incipiente misión no ha– bía manera de atenderla, se la mandó con su marido a la casa de cierto criollo amigo, de nombre Enrique Giovettí, que vivía cerca. Pero el parto tardaba en presentarse; por lo que una tarde (16 de enero de 1943), en medio de un aguacero diluvial, se nos presen– tan de regreso ambos cónyuges, caladitos de agua hasta los tuéta– nos ... Y, ¡qué fatalidad!, al día siguiente, a media noche, dio felizmente a luz la india... Casualmente toda la noche anterior habían estado cantando los piaches ... El abuelo del marido de la parturienta se me hace el encontra– dizo, diciéndome a bocajarro: Si no hubiera venido, estaría muerta a estas horas. Aquí se le quitó el jebu. Ya estaba yo fastidiado de tanta piachería; por lo que, per– diendo los estribos, comencé a rebatirles sus prácticas piacheras, causa de grandes males en las rancherías. Debido a ellas ---le insis– tía--, los indios viven todos como trasnochados. ojerosos v exaltados, por falta de sueño y de tranquilidad durante las vigilias piacheras. Se conoce que el viejo no descuidó el referir el cuento al jefe de la ranchería, que no era giiisiratu pero sí el joarotu más temido del contorno, de cuanto yo le había predicado en contra de aque– llas vigilias piacheras, tan inhumanas corno ridículas. Ello es que al día siguiente por la noche fue, corno tenía de costumbre, este señor joarotu máximo a tornar café a la casa del Padre Misionero. Se levantó varias veces para irse y volvió a sentarse. Por fin ya se atrevió a encararse conmigo y a pedirme explicaciones de cuan– to la noche precedente había dicho en desdoro de las prácticas piacheras de los indios. Y, pasando de la polémica a la amenaza. se desfogó al cabo de la siguiente manera: ((Acudiré al Obispo para decirle que tú nos impides dar medicina a nuestros hijos. Y si no, iré a Tucupita a decírselo al Gobernador)). Después añadió: ((Hasta que tú viniste, aquí no se enfermaba ni moría nadie; pero desde que tus "nietos" derribaron la casa de la maraka, entró la peste en la ranchería. Y ahora todos estamos acatarrados, incluso tú)) 1 • De todo este desahogo del piache lo que hace a nuestro caso son aquellos palabras ((desde que tus nietos (los cinco muchachos civilizados de que hablamos arriba) derribaron la casa de la maraka, 1 Efectivamente, yo me encontraba con un "trancazo" fenomenal.

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