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162 P. BASILIO M. DE BARRAL Los guaraos creen que todos los años en el tiempo de la <<can– grejada)), o sea, en el plenilunio de agosto (jearo) 2 y de septiembre, aquellos Musimutuma, medio hombres, medio jebus, bajan por el interior de las montañas a las barras de las bocas del Orinoco a buscar cangrejos; y que al ser divisados por los guaraos, se con– vierten en jaguares, los cuales pasan, rugiendo, en grandes manadas, por delante o por detrás de las rancherías guaraúnas, rumbo a las barras. Los caribes de Mamo están al corriente de esta creencia y pre– ocupación de los guaraos. Hacia el año 1910 -me refería el señor Manuel Renaut- tuve que hacer un viaje a Mamo, llevando de bogas o remeros a cinco muchachos guaraúnos. Al llegar a la célebre ranchería caribe, salté a tierra y fui a entenderme con el jefe para mis compra-ventas, que– dándose a bordo de la curiara, como almas en pena, los cinco gua– raos. Imagínese, Padre, lo azorados que estarían al encontrarse frente por frente de los temidos Mu-simas, de cuyas fechorías en otros tiempos tantas cosas habían oído referir a sus vidamatuma o ancianos. El jefe caribe hizo llamar a los guaraos. -¿ Os gustan los mangos? Id a bordo y traed un saco; subid a las matas y comed cuantos queráis. Después llenad el saco para que llevéis a vuestras familias un recuerdo de los Mu-simas. Los guaraos, atropellando el miedo con el magnetismo de los mangos incitantes, se encaramaron en los árboles, comieron cuan– to les cupo y, llenando el saco, lo llevaron a la curiara. Ya no te– nían miedo a los Mu-simas. Al despedirse, les dijo el jefe caribe: -Bien, primos. ¡Buen provecho! Y ¡hasta el año próximo, que nos encontraréis en las barras del Orinoco, convertidos en tigres! No nos comáis todos los cangrejos, porque si no ¡guai de vosotros! ... -No, cuñado -contestaron los cuitados-; ahora vemos que los caribes sois los «guaraos)) más buenos del mundo 3 • Otro caso que comprueba esa creencia de los guaraos. Yendo yo mismo el año 1944 por el río Carapo, afluente del Amacuro, en una excursión apostólica, encontramos a un indio que venía río abajo a todo remar. Lo detuvimos para hacerle unas pre– guntas y el indio nos dijo más de lo que nosotros queríamos pre- 2 !coro, de je-joro, cangrejo-caparazón, veranillo de agosto, época en que los cangrejos han echado 'SU caparazón nuevo. 3 En el trato común los caribes se nombran unos a otros primos; los guaraos, cuñados.

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