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XIV PRESENTACIÓN toponímicos, domésticos, infantiles, amatorios, costumbristas, mi– tológicos, báquicos, jocosos, históricos, religiosos, etc. En ellas se aprecia también cuanto el guarao siente y piensa respecto de lo que le rodea: flores, plantas, animales, de sus semejantes, hasta de sus propios enemigos. Todo eso forma el contenido de este trabajo, que su autor ha dividido en dos grandes partes. La primera se ciñe a estudiar, en líneas generales, la historia del pueblo guaraúno, y. más que toJo. su religiosidad autóctona; y la segunda se ocupa de lleno de su poesía y de su música. Un último capítulo, dedicado al ((ballet)) guaraúno, completa la obra, cuyo contenido he intentado reflejar. Para la realización de su cometido el P. Basilio ha tenido a su favor factores que difícilmente podrán encontrarse en otro. Y en primer lugar es preciso apuntar el factor tiempo. No puede en manera alguna llevarse a feliz realización una obra de esta tras– cendencia en solos unos meses o en contadas temporadas: se re– quieren varios años, mejor muchos, los que a decir verdad no le han faltado al P. Barral. Durante ellos y en repetidas excursiones ha recorrido todo el Delta Amacuro y, en sus frecuentes visitas a las rancherías, ha estudiado y meditado no a la ligera sino deteni– damente el contenido de su trabajo, pasando incluso largas tem– poradas de convivencia con los indios, en contacto directo con ellos, para, después de ganar su simpatía y confianza, entablar el diálogo, suscitar conversaciones, lanzar preguntas, observar por– menores ante los cuales ha surgido la inquisición curiosa de algo que para él fue clave de insospechados misterios. Sólo así logró lo que buscaba, lo que le interesaba: penetrar a fondo en los más recónditos pliegues del alma guaraúna. A ello le ayudaron, eficaz y poderosamente, sus muchos cono– cimientos de la lengua. Así ha podido analizar y averiguar, con la mayor exactitud, el alcance de cada palabra y de cada frase, su significado etimológico, pero también el real, es decir, el que los indios le dan en el trato usual, familiar, íntimo. Sin eso no es po– sible llegar a penetrar el sentido concreto y efectivo, y cómo in– terpretan las palabras y las frases en su diálogo, en sus juegos, en sus fiestas. Hay que reconocer además en el P. Basilio un interés especial y extraordinario, que pocos consiguen poner en sus producciorn~s, y al mismo tiempo un tesón y una dosis de constancia y de pacien– cia a toda prueba, que, junto con los factores anteriores, le han llevado a lograr con éxito su empeño. Todas esas bellas cualidades fueron necesarias para realizar los trabajos e inquisiciones men– cionadas, y muy particularmente para buscar primero un tan ele– vado número de canciones y hacérselas repetir luego una y muchas veces a los indios, hasta captarlas y transcribirlas con la mayor

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