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134 P. BASILIO M. DE BARRAL Idea del juego Como deporte, el naja-kara, llamado también jisaji o najisaji, no es más que una lucha entre dos hombres. Pero, al contrario de lo que sucede en las demás luchas deportivas de hombre con hombre, por ejemplo, el boxeo, la lucha g-recorromana y los ((alu– ches)) que se estilan en varias provincias del Norte de España, sobre todo en las montañas de León y Asturias, en el naja-kara los con– tendientes no se traban directamente el uno con el otro, cuerpo a cuerpo. El juego guaraúno es más atildado, más pulcro y, sin duda, más espectacular y vistoso; y por consiguiente, más deportivo. En él no hay manipulación directa de ninguna clase, ya que el combate se realiza a través de los típicos broqueles, que los indios denominan naja-kara, de donde recibe su nombre el deporte aborigen. El broquel o ((naja-kara)) Para tomar parte en una de estas luchas singulares, lo primero necesario es proveerse del naja-kara o broquel. Pero esta especie de escudo no es cosa que cueste dinero, ni que absorba muchas horas su manufactura. He aquí cómo se arma uno en cinco minutos. Para– lelos y distanciados como cuarenta y cinco centímetros unos de otros, se colocan tres varas o palos, que deben ser fuertes, aunque flexibles. La vara del medio de dos metros y treinta centímetros de altura, más o menos; y las de ambos lados, de uno setenta, también más o menos. Las tres van rematadas por un penacho flotante de fi– bras de moriche, el de la vara del centro mucho más denso y largo. Atravesados sobre estas tres varas se van colocando, paralelos, yuxtapuestos y bien sujetos con «mamures)) o cordeles, trozos igua– les de vástago de la penca de moriche, secos y todos cortados a la medida de un metro, más o menos. Cuando el atado alcanza la altu– ra de metro y medio, se remata con un fuerte nudo. Ahora se voltea el najakara, quedando las varas guías por arriba. Con tres cuerdas o trenzas, tejidas con hojas de palma, se unen las extremidades correspondientes de cada una de las varas, procurando que cada cuerda quede algo templada, como las de los arcos de las flechas. Un poco arqueado ya con este procedimiento el naja-kara o bro– quel, las tres cuerdas se unen en el centro por medio de un fiador o lazada que se hace con otra cuerdecita. Por estas trenzas unidas, es por donde el indio para pelear embraza su naja-kara, como Goliat su escudo.

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