BCCCAP00000000000000000000485

CAPÍTULO X JUEGOS DIURNOS SIN CANTO Dije en otra parte que los juegos sin canto los ejecutaban siem– pre de día, y los acompañados de cánticos o armonizados con el esemoi o batuta, siempre de noche, a excepción de las danzas del Ja– tabu, en que interviene el jefe-piache, como también queda ya descrito. Correspóndenos en este capítulo y el siguiente describir los jue– gos sin canto, los cuales podemos asimismo reducir a dos grupos: juegos cómicos y juegos deportivos. Dejando estos últimos para el capítulo siguiente, me concretaré en éste a describir algunos de los juegos cómicos o representaciones de ciertas escenas de su vida or– dinaria, que los indios imitan como las imitan los niños de nues– tros pueblos, ya que los indios, en ciertos aspectos, nunca dejan de ser niños. De su repertorio inagotable escogeré tres únicamente, para mues– tra del género, a saber: l.º La caza del váquiro. 2.º La pesca de la guabina. 3.º El nido de garza. l." LA CAZA DEL VÁQUIRO Es un remedo de las cacerías tumultuosas, en las cuales todos los indios varones toman parte, incluso los niños. Parte de los indios representan el papel de cazadores y los res– tantes, de váquiros. Los cazadores se arman de arpones, de flechas, de lanzas y de otros instrumentos ofensivos, aunque todo de jugue– te. Los que representan el papel de váquiros llevan dos tronquitos aguzados y sin la corteza, que representan los colmillos del pa– quidermo.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz