BCCCAP00000000000000000000485

LOS INDIOS GUARAUNOS Y SU CANCIONERO 111 Las mujeres le replican que no quieren marcharse. porque ella es una entrometida, que está echando a perder las familias de los in– dios; que es una vieja muy refea, a pesar de lo cual siempre anda detrás de los indios para enamorarlos; la insultan y se burlan de ella entre risotadas y gritos, pero todo muy cómicamente y muy bien hecho. Entonces la vieja, cojeando, pero sin dejar por eso de bailar y de hacer sonar los cascabeles, se dirige al primero de los hombres del corro, y, con muchas zalamerías, comienza a festejarlo, diciéndole que él es muy buen mozo, que ella lo quiere mucho, y así por el es– tilo, tratando al propio tiempo de quitarle el antifaz. Mas las otras indias se le echan encima como avispas, formándose entre ellas y la pimentosa vieja verde la más pintoresca de las discu– siones femeniles ... «Mala vieja, brujonan ---le dice una-. ¿No ves que ése es mi marido? Tú me lo quieres robar.)) O si es su hermano: « ¿No ves que es mi hermano, que trabaja tanto, que cuida tan bien la familia, que sabe hacer tan primorosas curiaras?n, etc. (Aquí hace cada una el panegírico ele cada uno de los corales, di– ciendo de ellos niaravillas.) Al terminarse esta discusión, se le quita el antifaz al indio aludi– do, el cual se retira ya del corro. Vuelve a cerrarse éste y comienzan nuevamente las escenas lo mismo que al principio, repitiéndose to– das con cada uno de los indios; de suerte que en este juego cómico invierten varias horas. El sainete resulta sumamente gracioso y muy instructivo, demos– trándonos, además, la existencia del sentido ético entre los gua– raúnos y su facilidad de inventiva para poder expresar de manera espectacular y bella dichos sentimientos.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz