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LOS INDIOS GUARAUNOS Y SU CANCIONERO 83 cia los de Mariúsa, considerándoseles como a nigromantes o brujos máximos por derecho de nacimiento. No hay joanarao 3 mariusero que no sea doctor en piachería, y a quien no teman los otros indios, como temerían al mismo mandin– ga 4, que se les apareciese en forma visible. Son, pues, cantos ancestrales los del J abi Sanuka, tales como los cantaban los antiguos indios (ebegüitu ka rimatuma guaranae), y que, precisamente por considerarlos sagrados, los han conservado escrupulosamente incorruptos, a pesar de la evolución del lenguaje. Decíamos arriba que al finalizar el último canto, la masa coral de indios se fraccionaba en dos mitades o semicírculos, uno dirigi– do por el dakatu mayatu y otro por el dakatu ma-yotu sanuka o maestro subalterno. Uno u otro de estos dos coros no cesan de cantar mientras se desarrollan las escenas cómicas, turnándose y acompañando el can– to con las maraquitas y los golpes de pie. En medio del canto correspondiente a la escena que se va a re– presentar, v. gr.: «El de los zamuros)), «El de las colmenas)), etc., he aquí que un indio y una india -ordinariamente los jefes en primer lugar--, llevando sartales de sonajas (següei) o de cascabeles alre– dedor de los tobillos y pantorrillas, entran al medio del corro, cogi– dos de un solo brazo por detrás de la cintura; y, sin perder el compás ni el aire de los cánticos, empiezan a recorrer el círculo en todas direcciones, unas veces para adelante, otras para atrás y otras para los lados. Se necesita bastante habilidad en la india para que pueda seguir el baile sin perder el ritmo, pues quien dirige el movimiento es el indio, el cual hace cuanto está en su mano para que la india se des– concierte y se canse. Si ésta se cansa antes de que cesen los cantores o se descon– cierta y pierde el compás, es rechiflada por la concurrencia y tiene que retirarse como vencida. Otras veces son dos, tres o más las parejas que evolucionan al mismo tiempo. A esta parte del J abi Sanuka la denominan amase a jaja o danza de parejas. Terminado el amase a jaja, acto continuo comienza el juego có– mico, de los cuales queda dicho en otra parte que no eran otra cosa ' Habitantes de Mariúsa, Giiiniquina y Araguabisi. 4 Así denominan en Guayana y otras regiones de Venezuela al diablo.

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