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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos JAJUBA, el duende, no sabía tocar el JARIJARI o "flau– tín del tucán"; por eso al llegar a la casa, en vez de tocar el flautín, como lo a:costumbraba hacer J1aya1wto, llamó a 1as mujeres: -¡ Epa, esposas mías !... ;. Por dónde está el camino, pues no se ve nada?., Las mujeres se miraron extrañadas y dijf.:ron: -¡Um! ¿,Quién será éste que no sabe el camino?... Ma– yakoto lo sabía muy bien. Y además toca'ba el ''1Tlautin ¿-J ~.l– cán''. Llegó J AJUBA y se echó a dormir. Las mujeres de Mayakoto se levantaron y se pusieron a asar los morocotos ( 7). Las llamó JAJUBA: -Traedme acá mis hijos. Se levantó una y le llevó su h1jo. Se leYantó la otra y le llevó el suyo. JAJUBA se quedó, al fin. dormido y comenzó a roncar. Mas este ronquido de JAJUBA era distinto de los otros. Lo emitía por las fosas nasales y era id{'.ntico al sonido de un JARIJARI: "U, u, umzu"... Recordáoa el flautín de Jfayako– to, que se quejaba al roncar JAJUBA ... ! ffl. Dij o una de las mujeres: -Hermana, éste no es nuestro marido. Este e~; un duen– de que se ha tragado a Mayakoto, y Mayakoto es el que sil– ba dentro de su garganta. La otra dijo: (7) En la división del trabajo entre los guaraos, a la india corresponde todo lo que tiene relación con la coieina, buscar leña, rajarla, prepa– rar la comida y servírsela al marido, etc. El indio t:an pronto llega del río, del 1conuco o del morichal, deja la carga en el jisabanoko o co– cina, y se tumba en el chinchorro. <8) El sentido d(!l cuento es que 1\/fayakoto estaba vivo en el gazna 1 .1te del duende. 42

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