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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos ---- -----------·--- --------- De suerte que, si aquella piedra no tenía v: da, a] gún ser vivo se ocultaba bajo sus apariencias de piedra. La fatalidad llevó al muchacho de cnsa a sentarse en la piedra estando sus padres ausentes, y ya nunca más le fué posible despegarse de ella. Al contrario, la misteriosa piedra comenzó a engullirlo y no paró hasta que el muchacho desa– pareció tragado por ella. Se manifiesta, además, la vitalidad de aquella piedra en la sangre que fluía de ella al golpearla los indios para re– cuperar al muchacho; sangre que no dice el cuento (como no suelen decirlo nunca los indios en cuentos similares), si era del muchacho o de la misma piedra. El carácter teúrgico del suceso se pone de manifiesto con la aparición del JEBU al GüISIRATU durante el sueño (3) exigiéndole, como expiación por las profanaciones de que la piedra había sido objeto -por las asentadas del muchacho y los golpes de los indios, la celebración en su obsequio de una ba– canal o baile de bebida y yuruma. so pena de acabar con to– dos los muchachos del caserío. De abundar las piedras en el país, a buen seguro que hubieran perpetuado la leyenda, localizando el suceso mito– lógico en alguna de las más notables. Pero como las piedras no existen (4) , el cuento termina muy ,a tono con el medio tó– pográfico, diciendo que, pasados un puñado de años, ch'sapa– reció del país la piedra y no ha vuelto a verse más. Observación de interés moral: El cuento viene a ser una reprobación de la desobediencia de los hijos• No quiso c,bede– cernos y la piedra lo tragó por volitntad del J ebu". Este mito se lo recuerdan los indios a los niños desobedientes. (31 Los sueños son comunicaciones de los espíritus, según los indios. (Vid. Barral, Cancionero, tomo ID. . . . <4) No conozco en todo el Delta propiamente dicho más piedras que las de Pedernales e Isla de Plata y la del "Soldado", de la que tratamos en el mito siguiente. 37

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