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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos Le dieron comida. La tercera noche, al venir a verlo el nusmo FIS,CAL, le dij o el indio: -Yo quiero irme; pues aquí me muero de miedo. Se reunieron entonces los FISCALES y le dijeron: -Ve:e cuando quieras. Pero cuídate mucho de revelar a nadie cosa alguna de cuanto aquí has visto y oído. Si llegas a decir algo, te llevará el JEBU- y añadió el FISCAL, señalando a sus compañeros de baile: -1\lira. Toda esa gente que ves, son los muertos que aquí dejaron abandonados los Jefes Mayores. De suerte que ¡ chi– tón!, ;,eh?. --Nada diré-replicó el indio. A toda prisa se dirigió al río, cogió la enriara y se mar-– chó al lugar que le habían indicado los FISCALES. Alli es– taban los indios. -¿Cómo te has demorado tanto, hermano?-le taban-. Creíamos que te habías muerto. ¿, Qué te ha Al principio el indio no quería decir nada. Pero tanto le importunaron, que terminó por referírselo todo. Los indios se decían admirados: -Nosotros creíamos que estaban muertos y, por )o visto, no están. Pero los demás decían : -Sí que están muertos; pues esos que él ha visto ya no son guaraos, sino sus aln1as. Al otro día encontraron muerto al indio en su chin– chorro. El JEBU se lo llevó por haber revelado el secreto {le los indios muertos. Por eso los indios tienen miedo de revelar a nadie las cosas de los JEBUS. Y tienen también cuidado de que las in– dias pasen retiradas el achaque mensual, propio de su sexo. 27