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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos El recien venido colgó su chinchorro lo mas alto que pudo, en el caballete del rancho, y se echó a dormir- Pero era tanto su miedo que no le fué posible pegar ojo en toda noche. Al avanzar la noche, vió salir de la Casa del J ebu o 11 santuario guarao", así como a un hombre. Este hombre comenzó a dar palmadas, llamando a otros: -¡Eh! Vengan todos, gritaba el aparecido. Vamos a bai– lar en honor del .JEBU. Fué saliendo mucha gente de la "CASA JEBU'' y se pusieron todos a danzar en el JOJO-NOKO o "plaza de las danzas". Poco después observó que uno de los aparecidos, de– jando a los oíros bailando, venía hacia él. Y cuando llegó debajo del chinchorro donde eí indio se encontraba, lo llamó y le dijo: -¡Hermano! No te asustes. Somos gente. ;.No t;.enes tabaco? El ind 7 a le echó un poquito de tabaco. --¡Hermano!, insistió el aparecido. Bájate y ven a bailar con nosotros. Pero el indio estaba muriéndose de miedo y no bajó. La gente aquella se pasó toda la noche bailando y bailan– y al amanecer desapareció. En cambio el indio se nasó todo el día acmT1.1cado en el chinchorro, sin atreverse a resollar. Por la noche se repitieron las escenas. El mismo personaje de la noche anterior se dirigi<1 a donde estaba el jndio y le dijo con cierto mimo: -Hermanito, ;. tienes hambre? -Hambre en bruto (2) contestó el indio; pues nada he comido desde que llegué aquí. (2) "Hambre en bruto", expresión que se oye entre los campesinos del Delta, equivalente a muchísima hambre. 26

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