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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos -¡Ine, naruya! ¡Ine naruya!; ---repetía -.Me voy, me voy para arriba, en donde me están c:spenmdo mi-; ros. Ya he dvido bastante en la tierra. /.1.hora he enc0ntra– do un país mucho más bonito y apetecible que ese mundo de ahajo..."' Despui·s añadió: -Allí vivir{• para siemprt> eu eompama de los otros porque, aunque morimos unos después de otros, aHi nos encontramos otra vez en el mismo lugar. Otro día vieron los indios que en un rancho abando-– nado se habían reunido las almas de los muertos de aquel lugar, las cuales estaban llorando porque sus compañeros y familíares no les habían puesto agua para beber ni comida en fo sepultura. Por eso tenían sed y hambre-. De este suceso proviene la costumbre que tienen los guaraos de poner agua y comida encima del hoyo o del ata– ud, y tambión en el sendero que lleva a la sepultura. (Ana Velarde, india guarao--guajka <lel Amacuro). 2~.- LUCHANDO CON EL ALMA DE UN MUERTO. Se declaró la epidemia en cierta rancheria; por lo que, después de haberse muerto un número regular de indios, los restantes emigraron para otro lugar. Allí pasaron tranquilos los prim.eros días, hasta que la segunda sen1ana comenzaron a 1norirs.e ele nuevo• -Si seguimos en este Jugar, se dijeron, no vamos u ninguno. Es mejor que emigremos otra vez. Al día siguiente volvió a morirse otro. Por lo que los indios, abandonando la ranchería, se huyeron a otra parte. 18

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