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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos Dicho esto, miró hacía el cielo y exclamó: -¡" Abuelo Nuestro de arriba", óyeme! ¡ Quiero que este cajón en que nos han metido sin culpa mía, se convierta en un barco de tres palos .. ! Inmediatamente el cajón se convirtió en un balandro con todo su equipo de jarcias, palos, velas y timón., Mas aquella ba– landra tenía la forma de una tortuga. J oasoro añadió: -¡ªNuestro Abuelon J Te pido que cuando llegue, el Go– bernador me prepare una buena casa enfrente de la suya para mí y mi familia. Hizaron las velas y echó a andar la balandra. Al llegar cerca aminoraron la marcha, y al poco rato tenían a la vista la casa del jefe. J oasoro escondió a la muchacha en un departamento <le la balandra. Y, luego, en un bote mandó al jefe una carta en que le decía lo siguiente: "Señor, sé que eres poderoso; pero ;.en qué me ::iventa– jas a mí?". Al ver la carta dijo el jefe: --;, Quién será ese atrevido que viene a insultarme en mi propia casa ? Poco después volvió a mandarle otra carta con la mis– ma pregunta. Pero al final añadía: "Yo so:y pobre y renco. Tú, rico, y poderoso, y bien formado. Sin embargo, yo te puedo. y con mucho". Al día siguiente fue el jefe a visitar ]a balandra; Y al encontrar a Joasqro le dijo: -Vengo a ver en qué me puedes. -Te puedo en todo, en dinero, en escrHura, en todo. El jefe quiso hacer la prueba. Preparó una mesa con ta– pete y unas varillas por los bordes para que el dhwro no se rodara al suelo. Llamó a Joasoro y le dijo: --Extiende tu mano sobre la mesa y echa tu d:nero. 346