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Lo que Cuentan Los Indios Guaraúnos El aguador se llamaba JOASORO. Era un indio pobre, desvalido y renco. Cuando iba con su barrilito a buscar agua al río, siempre se sentaba sobre el barril para descansar. Encontrándose cierto día sentado sobre su barril a la ori– llita del río, pasó por allí, montado en su caballo (1), un her– moso joven, cuyo vestido estaba todo él tejido de fibras del oro 'llás puro y resplandeciente. Al pasar por delante de JOASORO, detuvo- su caballo y le dijo: -Joasoro, ¿ eres pobre? -Soy, sí, señor. Soy muy pobre. --¿, Por qué no te pones de pie? -Señor, porque estoy muy renco. -Levántate, ¡a ver! -Señor, no puedo apenas sostenerme sobre mis piernas; ¡ son sumamente débiles! El forastero se apeó de su caballo; se llegó a Joasoro, y tocándolo con la mano~ lo alzó. --¡Anda! -le dijo. Y J oasoro se puso a caminar. Después le mandó sentarse de nuevo, y Joasoro quedó nuevamente sentado sobre su barrilito. Este desconocido era Ka-Nobo, el "Abuelo Nuestro'', que vive en el JOEBO (cielo), y que a veces baja a pasear por la tie– rra para visitar a los indios. Pero Ka-Nabo no es como los jebus (2), sino semejante a los guaraos. (1) Aunque no tuviéramos otra razón. la introducción del caballo fm la leyenda era suficiente prueba de su exotismo. (2) Quiere decir que no es como los "jebus" enemigos o espíritus malos que persiguen a los indios. 342

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